Sidney (AFP) Michael Phelps, el deportista olímpico con más medallas en todos los tiempos, se unió a la junta directiva de una compañía australiana de salud mental, un tema cercano a su corazón después de sus luchas con la depresión y el abuso de sustancias.
El estadounidense, que ganó 28 medallas olímpicas, dejó de nadar el año pasado y dijo que al unirse a Medibio cumplió con su objetivo de crear conciencia sobre los problemas de salud mental.
«Personalmente sufrí de problemas de salud mental desde mi adolescencia y sólo recientemente – después de llegar a un punto de desesperación – adquirí la comprensión, el tratamiento y el apoyo que necesitaba, lo que realmente ha cambiado mi vida», dijo dijo.
«Para mí, la autoconciencia, desde el punto de vista de la salud mental, es el empoderamiento».
Medibio ha desarrollado una prueba para ayudar a diagnosticar la depresión, el estrés crónico y otros trastornos, usando información circadiana, de sueño y otra información como la presión arterial.
Phelps, quien fue diagnosticado con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD) cuando tenía nueve años, ya es embajador de la campaña de medios sociales #MyYoungerSelf del Child Mind Institute para ayudar a poner fin a los estigmas asociados con la salud mental y los trastornos del aprendizaje.
No es el único gran nadador que sufre problemas mentales: el australiano Ian Thorpe también ha tenido problemas con la depresión y recibió tratamiento en 2014 después de encontrarse desorientado en una calle de Sydney.
El australiano Grant Hackett también buscó ayuda este año -incluyendo de Phelps- después de su arresto luego de un ataque familiar, el último de una serie de incidentes desagradables que involucraron a la problemática estrella.
«Quiero ayudar a otros que están lidiando con estos retos y hacer que el proceso para que tomen medidas más fácil y más comprensible», dijo Phelps como parte del anuncio de Medibio a la bolsa de valores.
Phelps es ampliamente visto como el nadador más grande que jamás haya competido, pero tuvo un precio.
Después de ganar cuatro medallas de oro y dos de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, reveló que estaba «atormentado» al saber que no se preparó lo mejor que pudo.
Un regreso en 2014 se suspendió en los siguientes meses cuando sus demonios personales lo alcanzaron y fue sorprendido conduciendo a alta velocidad mientras estaba bajo la influencia del alcohol.
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