Lima (AFP) – Perú quedó sumido este lunes en un escándalo de corrupción en plena pandemia, tras afirmarse que altos funcionarios fueron presuntamente vacunados contra el covid-19 antes de la campaña oficial de inmunización.
La tormenta política estalló el jueves cuando el diario limeño Perú21 publicó que el entonces presidente Martín Vizcarra había sido «vacunado» en octubre, semanas antes de que fuera destituido por el Congreso en un juicio político relámpago.
La primera vacunación anticovid-19 ocurrió en Gran Bretaña en diciembre pasado, tras las fases de prueba de las vacunas de varios laboratorios en numerosos países.
Vizcarra se defendió diciendo que fue «voluntario» en el ensayo clínico de la vacuna china de Sinopharm en Perú, antes de que la misma recibiera la luz verde el 31 de diciembre, pero la universidad a cargo del estudio negó que el mandatario formara oficialmente parte de la prueba.
La tormenta derivó en huracán el domingo cuando la canciller del actual presidente interino Francisco Sagasti, Elizabeth Astete, reconoció que ella se había vacunado el 22 de enero y dimitió.
«La renuncia de la ministra de Relaciones Exteriores es un hecho político muy importante. Los opositores a Vizcarra y a Sagasti de alguna manera ganan» de cara a las elecciones del 11 de abril, dijo a la AFP el analista político Luis Benavente.
Astete, sustituida este lunes por el excanciller Allan Wagner, fue la segunda ministra de Sagasti en caer por el asunto de las vacunas, después de la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, el viernes.
Dosis extras –
La revelación de Astete colocó al gobierno de Sagasti en el centro de la controversia, en la que antes solo estaba Vizcarra. Además, ella fue inmunizada cuando la vacuna ya había sido aprobada.
«Me siento indignado y furioso por esta situación», declaró el presidente el domingo.
La fiscalía comenzó a investigar si hay otros funcionarios -de Vizcarra o Sagasti- que fueron inmunizados reservadamente. El domingo se conoció que Sinopharm entregó a Perú 3.200 dosis extras, aparte de las destinadas a los 12.000 voluntarios del ensayo.
Este escándalo estalló apenas iniciada la campaña de los comicios de abril. Fue bautizado como ‘Vacunagate’ y no dejó indiferente a ningún líder político peruano en medio de la campaña electoral.
«Mientras miles se morían por falta de oxígeno (…) el señor Vizcarra y decenas de funcionarios de su gobierno se estaban vacunando en secreto», expresó este lunes la candidata presidencial izquierdista Verónika Mendoza en un video en Twitter.
Vizcarra, quien salió del gobierno con alta popularidad, está desde el jueves bajo fuego de sus adversarios políticos, así como de los medios peruanos.
El escándalo acapara los noticieros, periódicos y las redes sociales, aunque sin movilizar a ciudadanos a las calles. La mitad de Perú, incluida Lima, se encuentra confinada todo febrero por la segunda ola de la pandemia.
Aunque en otros países presidentes y funcionarios se han vacunado en público para dar el ejemplo, en Perú las críticas apuntan a que hubo autoridades que recibieron las dosis anticipadamente y sin comunicarlo.
Sagasti, de 76 años, se vacunó en público el primer día de inmunización al personal sanitario, el pasado martes, ocasión en que incentivó a los peruanos a seguirle.
El presidente peruano y los jefes de los demás poderes públicos (legislativo, judicial, fiscalía y contraloría, entre otros) prometieron «la realización de las investigaciones correspondientes», en una declaración conjunta este lunes.
Además, declararon que «ninguno ha sido parte de un ensayo clínico, ni se ha vacunado contra la Covid-19», con excepción de Sagasti.
¿Delito o falta ética?
El país andino cuenta por ahora con un millón de dosis de la vacuna china, de las que han sido aplicadas unas 70.000 al personal sanitario. Todavía no hay fecha de inicio de la vacunación a la población.
A pesar de las críticas a Vizcarra y Astete, no hay consenso entre los juristas si ellos cometieron algún delito o solo una falta ética.
Sin embargo, el asunto amenaza con frenar «el apoyo a Vizcarra [que busca un escaño al Congreso] y del candidato presidencial Julio Guzmán, abanderado del partido centrista de Sagasti, según Benavente.
«No le veo muchas posibilidades de recuperación a Guzmán», expresó el analista.
El escándalo estalló mientras Perú enfrenta la segunda ola de la pandemia, que cuadruplicó los contagios y decesos desde diciembre.
Sagasti pretende vacunar a 10 millones de personas antes de finalizar su mandato en julio, y dijo que ya están contratadas 48 millones de dosis, de las que se han recibido solo el primer millón.
«El plan de vacunación no se detendrá”, prometió este lunes.
Perú acumula 43.703 fallecidos por covid-19, con 1,23 millones de casos confirmados. Su sistema de salud se encuentra saturado con 14.230 hospitalizados.