Santiago (Chile).- La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dio a conocer las perspectivas económicas regionales, revelando un panorama no muy alentador.
Según el informe anual presentado el martes, titulado “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2023”, la región podría ver una ralentización en su crecimiento económico este año y el siguiente.
Este informe, que ha sido una referencia desde 1948, prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) de la región crecerá en promedio un 1,7% en 2023, seguido de un 1,5% en 2024. Estas cifras reflejan la influencia de un panorama económico global difícil y complicaciones regionales.
El entorno mundial muestra una economía en bajo crecimiento, acompañado por el estancamiento del comercio internacional.
Los países desarrollados, a pesar de la caída en la tasa de inflación, se inclinan hacia políticas monetarias contractivas, lo que implica que el acceso al financiamiento para los países de nuestra región permanecerá costoso.
Uno de los puntos clave del informe es la situación de la deuda pública regional. A pesar de que ha experimentado una reducción, sigue siendo considerable en relación al PIB.
Esta deuda, sumada a las crecientes tasas de interés y una previsión de menores ingresos fiscales, limitará el gasto y la inversión en la región. Adicionalmente, es probable que enfrentemos una disminución en la generación de empleo y un incremento en las demandas sociales.
José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, advirtió que el lento crecimiento se podría exacerbar aún más si no se enfrentan los retos climáticos.
Según el estudio, se espera que todas las subregiones tengan un crecimiento menor en 2023 que el año anterior. Las cifras son preocupantes: América del Sur con 1,2%, Centroamérica y México con 3% y el Caribe (sin incluir a Guyana) con 4,2%.
El panorama no mejora para 2024. Las previsiones señalan que las condiciones internacionales seguirán siendo desfavorables. En este contexto, la CEPAL proyecta crecimientos de 1,2%, 2,1% y 2,8% para las mencionadas subregiones, respectivamente.
Los próximos años verán una desaceleración en el empleo, con tasas de crecimiento del 1,9% en 2023 y 1,1% en 2024. Más aún, la calidad del empleo está en riesgo, con trabajadores potencialmente más vulnerables y con menos protección social.
Sin embargo, la CEPAL ve en la inversión, tanto pública como privada, una solución crucial. Las inversiones actuales son insuficientes, y los desafíos del cambio climático requieren una inversión aún mayor.
El impacto del cambio climático puede ser devastador, con una reducción proyectada del PIB para ciertos países de entre el 9% y el 12% hacia 2050. Es vital movilizar recursos y acceder a financiamiento. Salazar-Xirinachs insiste en la necesidad de una mayor financiación concesional y políticas que impulsen la inversión.
El informe concluye subrayando la necesidad de esfuerzos en áreas clave: fiscalidad, gestión de riesgos, financiación concesional y mecanismos de alivio de deuda. Solo con acciones concertadas podremos enfrentar los retos del futuro.
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