Washington (AFP) – El presidente izquierdista de Perú, Pedro Castillo, negó este lunes ante el Consejo Permanente de la OEA que su gobierno sea «comunista» y que vaya a realizar expropiaciones, a la par que hizo un llamado al capital foráneo a invertir en su país.
«Nosotros no somos comunistas, nosotros no hemos venido a expropiar a nadie, a ahuyentar las inversiones, por el contrario llamamos a los grandes inversionistas», dijo Castillo durante una sesión encabezada por el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
«Nos han estigmatizado por pedir cambios estructurales, en sintonía con el pueblo», acotó tras reiterar que no es comunista, una precisión que hizo ya en la campaña electoral ante sus rivales de derecha por las críticas que hacía al modelo de economía de mercado.
El Presidente del Consejo Permanente y embajador peruano, Harold Forsyth, convocó la sesión que se realizó de manera virtual y semipresencial con ocasión de la visita de Castillo a la sede de la OEA en Washington.
El mandatario abogó por que la OEA «sea verdaderamente un espacio netamente equitativo, social, donde se garanticen los derechos humanos, se hable de una verdadera democracia e igualdad de oportunidades, sin discriminaciones».
Almagro había saludado previamente la visión social de Castillo, destacando que se trata «del primer presidente campesino de Perú».
Castillo es el primer mandatario peruano sin parentesco con las élites política, económica y cultural. Ganó la presidencia como candidato de Perú Libre, un pequeño partido regional marxista leninista, en una victoria que fue una sorpresa general.
El presidente peruano inició este lunes en Washghinton la segunda etapa de una mini gira al extranjero que empezó en México, adonde participó en la cumbre de la Celac. El martes participará en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, y se reunirá con los jefes del FMI y el Banco Mundial.
Castillo, un maestro rural y sindicalista de 51 años, asumió en julio tras vencer a su rival derechista Keiko Fujimori en apretadas elecciones, que esta cuestionó ante la OEA.
Una misión de observadores de la OEA dijo en un informe que los comicios fueron limpios y respaldaron la labor de las autoridades electorales peruanas.
Fujimori cosechó 49,87% de los sufragios, frente al 50,12% de Castillo.