San Salvador (AFP) – Payasos salvadoreños y extranjeros desfilaban este sábado por una céntrica calle de San Salvador para hacer reír a los presentes en el marco de la tercera edición del Sombrilla Fest, un festival que conmemora el Día Internacional del Circo Social.
Al ritmo de una banda musical, el colorido desfile que mostraba a payasos en monociclo o en zancos, salió del parque Simón Bolívar, en el sector oeste de la ciudad, y se dirigió a la céntrica plaza Gerardo Barrios, frente a la catedral de San Salvador, donde culminará la jornada a la media noche del sábado.
«El objetivo del Sombrilla Fest es poder trabajar el arte como un medio de transformación social para que la gente se divierta y tenga un espacio de convivencia dentro de la ciudad», declaró el ecuatoriano José Luis Castillo, uno de los líderes del evento.
años, declaró a la AFP que llegó a El Salvador hace tres años convencido de que el circo social «es una herramienta de trabajo para llegar a niños y adolescentes con diferentes técnicas para que trabajen en el arte apartados de la violencia».
«El circo social va más allá de un espectáculo porque llega a las comunidades con talleres lúdicos formativos de teatro, música, danza, malabarismo y otras artes», resume Castillo.
Para compartir sus experiencias desde el martes llegaron al país centroamericano artistas de Ecuador, Perú, Bolivia, Nicaragua, Costa Rica, México, Estados Unidos y de España (Barcelona).
«Estamos aquí varios colectivos porque queremos compartir el arte, porque los artistas nos entregamos para dar alegría, para generar un cambio social que no nos pueden dar los políticos», reflexionó el costarricense Brando Castro, un joven de 24 años que demostraba sus destrezas en el monociclo.
El Salvador afronta una lucha fratricida generada por violentas pandillas que a diario dejan un promedio de diez homicidios.
Según cifras oficiales, en 2017 se registraron en el país 3.962 homicidios, 60 por cada 100.000 habitantes, una de las tasas más altas del mundo.