La tradición de los Pastores de San Joaquín nació el 24 de diciembre de 1920, cuando un grupo de personas, dirigidos por los hermanos Concepción (Chon) y José Beltrán Ruiz, representaron por primera vez el Velorio del Niño Jesús.
Cuando los hermanos Beltrán Ruiz llegaron a San Joaquín, procedentes del caserío de Aguas Calientes en la segunda década del siglo XX, los entonces habitantes del pueblo no imaginaban que traían con ellos una tradición que se ha extendido por un siglo.
De acuerdo con Evencio Díaz, cronista de San Joaquín, cuarenta personas bailaron por primera vez. Al principio, la tradición sólo incluía el velorio, pero a partir de 1923, se incluyó la entrada a la iglesia.
Según Diaz, esta tradición anual navideña es un auto de Navidad, que tiene su origen en el teatro religioso español durante la época medieval. Estos autos se realizaban al principio en Corpus Christi, por lo que se denominaban sacramentales. Sin embargo, se extendieron a otras fiestas religiosas como Navidad, Reyes Magos y la Pasión de Cristo.
Un auto de Navidad en Carabobo
El auto de Navidad de los Pastores de San Joaquín consta de tres escenas y cinco actos.
- La primera escena es la Marcha de los Pastores camino a Belén, en donde recorren algunas calles y avenidas del pueblo.
- La segunda escena se realiza en la iglesia y representa la aparición del Ángel Gabriel a los pastores. Esta segunda escena consta de dos actos: la Anunciación a los Pastores y el pastor que habla para sí.
- La tercera escena, denominada Velorio del Santo Niño, representa la adoración y ofrenda al Niño Dios y se realiza ante el altar edificado en la Plaza Bolívar. Allí se llevan a cabo los últimos tres actos: la danza del villano, la entrega del cachero y la despedida de los pastores.
“Todo es un teatro y los elementos de ese teatro son los que conforman el acto de Navidad”, dice Díaz, quien destaca que, durante años se ha tenido la creencia de que es solo una danza devocional. “Es un auto de Navidad venezolano que se combina obviamente con la influencia española pero que también se combina con la influencia aborigen”.
La influencia aborigen se destaca en el movimiento de la danza y el uso de las maracas, señala Díaz. Pero también se observa la influencia africana con la presencia del tambor.
“Por eso se llama ‘Auto de Navidad venezolano’ porque esa mezcla es producto de esa nueva manifestación que nació aquí en Venezuela y que ha venido evolucionado en el sentido de las formas de las cosas”.
Celebración de los 100 años
Evencio Diaz, cronista de San Joaquín, destaca que la celebración de estos cien años incluyó eventos tanto culturales como recreativos, a pesar de los efectos de la situación económica en el país.
“Dentro de esta complejidad económica en la que estamos inmersos … estamos haciendo todo el esfuerzo necesario”, dijo Díaz, resaltando que han estado tratando de recaudar fondos a través de la campaña “$1 para el centenario”, para los materiales básicos utilizados en el pesebre que ellos elaboran y el vestuario, entre otros gastos.
Los Pastores de San Joaquín comenzaron la celebración de sus cien años el 3 de diciembre de 2020, con un bazar navideño en su sede para recaudar fondos. La fecha coincide con los 225 años de la fundación del pueblo.
El 15 de diciembre se llevó a cabo la bendición del pesebre, de tamaño natural, al final de la Calle Carabobo. El 16, el Concejo Municipal realizóará una Sesión Solemne en homenaje a los 100 años de los Pastores de San Joaquín, en donde uno de los miembros más antiguos de la generación actual de los danzantes, Carlos Enríquez Cardoza Rojas, fue el orador de orden.
Los eventos educativos incluyeron distribución de trípticos con información sobre la historia de los Pastores y el significado de este auto sacramental.
“[Queremos] que la comunidad misma conozca más a los Pastores, para que puedan valorarlos más, los pueda querer más”, dice Díaz.
“Cuando ves los Pastores desde esa visión teatral, las cosas cambian. Los valoramos de igual manera, en donde no solo es importante la danza, sino que hay otros elementos que son necesariamente importantes para la manifestación”.
Además del tríptico, la junta directiva de los Pastores de San Joaquín esperaba publicar un libro sobre su historia en el tercer trimestre de 2021.
Un grupo multicolor que rinde honor al Niño Dios
Tradicionalmente, los Pastores de San Joaquín comienzan su primera escena con el recorrido desde la sede de su fundación, ubicada a unos 100 metros de la Iglesia de San Joaquín y de la Plaza Bolívar. Desde allí visitan varios sectores del pueblo, por las calles Bolívar y Sucre, acompañados de los versos que los han hecho famosos.
El grupo lo componen los patrones y pastorcillas, quienes son hombres vestidos de mujeres. Los pastores visten sombrero de cogollo, adornos de cintas multicolores, alpargatas y un gajillo en la mano; las pastorcillas solían llevar una cartera y se pintaban la cara, pero ahora solo usan alpargatas junto con falda, una blusa de colores y una maraca en la mano.
“Esa es la variante en el tiempo” destaca Díaz con respecto al cambio en las pastorcillas. “El tener que entrar en la iglesia, los conflictos conservadores de San Joaquín obligan a esos cambios. Se modifica de forma, pero no de fondo”.
Los pastores y pastorcillas van acompañados del Estrellero, quien encabeza la marcha con la Estrella de Belén; el Cachero, encargado de dirigir la danza; el ovejo, vestido de blanco con una pandereta en la mano; el Titirijí, con unos palillos y un plato para simular el piar o canto de un pájaro nocturno; y el Viejo y la Vieja, los personajes graciosos.
También participan la cargadora, quien lleva en brazos la imagen del Niño Jesús y el Ángel. Ambas son las únicas figuras femeninas en el grupo.
La Parranda de los Pastores es la encargada de animar la danza, con versos que mezclan lo religioso con lo profano. Sus instrumentos incluyen el cuatro, las maracas, tambor y el furruco.
Desde un principio, la tonada de la parranda era la de los Pastores de Aguas Calientes. Pero a partir de la década de los 60, por influencia de los músicos que provenían del pueblo de Yagua (Carabobo), se cambió la tonada a la que se cantaba en esa zona, mucho más rítmica.
Tras su recorrido por el pueblo, llegan a la iglesia, en donde escuchan la misa y realizan la segunda escena. Una vez concluida la misa, pasan a la plaza, donde se lleva a cabo la última escena.
Cambios en el tradicional evento
Sin embargo, debido a la pandemia, el recorrido sufrirá unos cambios. En lugar de comenzar con la marcha para luego entrar a la iglesia, el evento iniciará con la misa, a las 6 de tarde. El acto solemne será presidido por el Arzobispo de Valencia.
“Allí se va a realizar la primera escena, la Aparición del Ángel, con los actos, para comenzar la actividad”, destaca Díaz. “Luego continúa la marcha [primera escena] por las calles y culmina a la media noche en la Plaza Bolívar”.
La misa se llevará a cabo sin público, debido a la pandemia. Solo entrarán los miembros del grupo para escuchar la misa para tratar de cumplir con los códigos de bioseguridad.
“Eso no cambia de fondo la actividad”, dice Díaz. “Lo ideal era salir con la marcha y llegar a la media noche para la Misa del Gallo”.
En la plaza, señala Díaz, se eregirá un altar en donde se colocará la imagen del Niño Jesús. Los danzantes realizaran el acto, que durará unas dos horas.
“El altar es el símbolo principal de la manifestación porque le rendimos culto a la imagen del Niño Jesús de Belén”, dice Díaz. “Si le quitas eso, no hay celebración, no hay baile porque le bailas al nacimiento del Niño Dios”.
Durante el recorrido por la comunidad, los pastores develaran dos placas históricas: una en el lugar donde se realizó por primera vez este auto de Navidad y la otra, en la casa donde vivió Concepción Beltrán Ruiz, conocido por todos como el Maestro Chon (1906 – 1981)
Una tradición que ha sido objeto de estudio
La tradición de los Pastores de San Joaquín ha sido objeto de estudios, destaca Díaz. El primero de ellos se realizó en 1955 y estuvo a cargo de Abilio Reyes Ochoa y el músico Luis Felipe Ramón y Rivera, ambos del Instituto Nacional del Folklore.
“Vieron la manifestación y la definieron de inmediato como un teatro, como una pervivencia del teatro español”, dice Díaz, añadiendo que Ramón y Rivera lo definió como un acto sacramental.
Dos años después, apareció en el Manual del Folklore, de Isabel Aretz, en donde destaca la existencia de esa tradición, basado en el estudio realizado en 1955.
A partir de allí, dice Díaz, comienzan a conocerse los Pastores de San Joaquín, con los distintos artículos que se escribieron sobre esta manifestación.
Un “semillero” de pastores para el futuro
La junta directiva de los Pastores de San Joaquín estableció el “Semillero de los Pastores de San Joaquín”, que acepta niños desde los cinco años. Al cumplir los 17, pasan a formar parte del grupo de los adultos.
Los pastorcillos, señala Díaz, participan en distintas actividades durante el año, tanto dentro como fuera de San Joaquín. Sin embargo, su presentación más importante ocurre el Día de Reyes, cuando realizan el auto navideño en el pueblo siguiendo las mismas pautas de los adultos.
El grupo infantil lo conforman entre unos 250 y 300 niños. Son la generación de relevo para continuar con la tradición por otros cien años.
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