Londres (AFP) – Gritando consignas contra el presidente de Ecuador, partidarios de Julian Assange protestaron el lunes frente a la embajada ecuatoriana en Londres donde debía llevarse a cabo la incautación de pertenencias del fundador de WikiLeaks para entregárselas a la justicia de Estados Unidos.
«¡Lenín Moreno, traidor, ladrón!», gritaban una docena de manifestantes a las puertas de la legación, enarbolando pancartas que decían «Protejan la libertad de expresión e información» y «Liberen a Assange, no lo extraditen a Estados Unidos».
Detenido por la policía británica en la embajada de Ecuador el 11 de abril después que Quito le retirara el asilo concedido por el anterior presidente, Rafael Correa, Assange, de 47 años, cumple un año de cárcel en Londres y enfrenta una petición de extradición de Estados Unidos, que quiere juzgarlo por «piratería informática» en relación a los miles de documentos secretos de ese país que WikiLeaks publicó en 2010.
Según una diligencia de la fiscalía ecuatoriana distribuida por WikiLeaks, a las 09h00 (08h00 GMT) del lunes debía comenzar el «registro e incautación» de las pertenencias de Assange en la embajada donde vivió asilado casi siete años.
El documento designa a dos peritos de la policía y a dos funcionarios de la fiscalía como encargados del «levantamiento y embalaje» de papeles, computadoras, teléfonos y unidades de almacenamiento de datos. Pero periodistas en el lugar no pudieron comprobar que ninguno de estos entrara en la embajada, cuyo personal no respondió a las peticiones de información sobre el registro.
Contactada por la AFP, tampoco hizo comentarios la embajada en Londres de Estados Unidos, país que según la diligencia ecuatoriana requirió «especial confidencialidad de la presente investigación».
«Es una violación de la privacidad y a la libertad de expresión», denunció una de los manifestantes, la periodista venezolana Carolina Graterol, de 52 años. «Están rompiendo todas las leyes que nos protegen como periodistas y se está sentando un precedente muy peligroso», agregó.
Una vez confiscado el material, explicó hace una semana el canciller ecuatoriano, José Valencia, la fiscalía decidirá «qué bienes conviene o no conviene compartir con autoridades de los Estados Unidos».
Sin embargo, según el excónsul ecuatoriano en Londres, Fidel Narváez, presente entre los manifestantes, «no existe ninguna garantía de que se ha respetado la cadena de custodia, de que esas pertenecías no han sido manipuladas, que no se ha implantado algún material ajeno a Julián Assange».