Caracas (AFP) – El Parlamento, único poder controlado por la oposición en Venezuela, prometió este martes una «amnistía» a militares que desconozcan al gobierno de Nicolás Maduro, tras declararlo formalmente como «usurpador» de la presidencia.
La Asamblea Nacional aprobó un acuerdo en el que se compromete a «decretar una ley de amnistía» para «funcionarios civiles o militares que colaboren» para establecer un gobierno de transición que convoque a elecciones.
El nuevo mandato de Maduro (2019-2025), iniciado el pasado jueves, es desconocido por Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de América Latina, alegando que es resultado de elecciones viciadas.
«Le hablamos a los militares de medio y bajo rango: Rompan el miedo», instó en la plenaria el presidente del Parlamento, Juan Guaidó, al llamar a los oficiales a retirarle su apoyo al gobernante socialista.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, elogió «el valiente liderazgo» de Guaidó, al prometer «apoyo continuo» de Washington al Legislativo, al cual consideró el «único cuerpo democrático legítimo» en el país petrolero, según una declaración emitida por la Casa Blanca tras una conversación telefónica entre ambos.
«¡Honrado de hablar con Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (…), un hombre valiente que defiende la libertad y la democracia!», tuiteó luego Pence.
El líder parlamentario se ha declarado dispuesto a liderar una transición, alegando que la Constitución lo faculta para llenar el vacío de poder que a su juicio hay en Venezuela, para lo cual ha pedido respaldo a los militares desde que fue elegido presidente de la cámara el 5 de enero.
Mientras se desarrollaba la sesión, Maduro apareció en una cadena de radio y televisión con el Estado Mayor de la Fuerza Armada, que le reiteró su lealtad por enésima vez.
«Estamos dispuestos a morir (…). A usted como magistrado supremo, presidente constitucional, lo puso allí el pueblo», expresó el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino.
Con influencia en todos los poderes salvo el Parlamento, Maduro advirtió que «los tribunales pondrán las cosas en su lugar» ante las maniobras para sacarlo del poder.
– Ofensiva legislativa –
Al formalizar la «usurpación de la presidencia» por parte de Maduro, el Parlamento propuso crear «incentivos» para que militares, policías y civiles dejen de obedecerlo y se subordinen a la Asamblea Nacional, una medida más tarde saludada por el secretario general de la Organización de Estados Americanos,, Luis Almagro.
Asimismo, planteó generar condiciones que permitan transferir progresivamente las competencias del Ejecutivo al Legislativo.
Sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia considera nulas todas las decisiones del Congreso, tras haberlo declarado en desacato en 2016 apenas asumió el control la mayoría opositora.
Los diputados aprobaron además un acuerdo que pide a Estados Unidos, la Unión Europea y países latinoamericanos como Argentina, Brasil o Colombia, al igual que a aliados de Maduro como Rusia, China o Turquía, congelar activos y cuentas de Venezuela.
Solicitan que se prohíba su manejo para proteger al patrimonio público de la corrupción.
Estados Unidos ha advertido que podría endurecer sus sanciones contra funcionarios del gobierno de Maduro, así como contra Venezuela y su petrolera PDVSA. Por el momento, Washington ha prohibido a sus ciudadanos y empresas negociar nueva deuda del país y la estatal energética.
– República de Wikipedia –
Maduro, en una posterior aparición pública, ironizó en torno a Guaidó.
«Pretende asaltar el poder político y convertirse en presidente de la república de Wikipedia, de la república tuitera», dijo sin mencionar directamente al jefe del Parlamento.
Ello después de una guerra de ediciones que la semana pasada se produjo en los perfiles de Maduro y Guaidó en Wikipedia, en la que usuarios etiquetaron al líder legislativo como «presidente interino».
La enciclopedia virtual utiliza ahora la frase «legitimidad discutida», al identificar a Maduro como «50° presidente» de Venezuela.
El viernes pasado, Almagro saludó en Twitter a Guaidó como «presidente interino», a lo que Maduro respondió también con ironía, acusando a sus adversarios de un «golpe tuitero».
Guaidó fue detenido el domingo por agentes del servicio de inteligencia, por cerca de una hora, cuando se dirigía a un mitin a las afueras de Caracas. Tras su liberación, Maduro calificó el hecho como «un show» de funcionarios corruptos.