Río de Janeiro (AFP) – Cientos de personas protestaron este lunes en el centro de Rio de Janeiro contra las acciones policiales en las favelas, tras la muerte de una niña de ocho años que resultó baleada durante un patrullaje el fin de semana.
Ágatha Felix recibió un disparo en la espalda la noche del viernes, cuando estaba junto a su madre en un transporte público en una de las favelas del Complexo do Alemão, en la empobrecida zona norte de Rio.
Contrariando la versión de la Policía Militar -que sostiene que sus agentes fueron víctimas de «ataques simultáneos» por parte de criminales-, los familiares afirman que la bala que alcanzó a Ágatha provino de la policía.
«No había enfrentamiento. Vivimos por la zona, se hubiera habido un ataque, lo sabríamos, sabemos cómo suenan los tiros dentro de la comunidad, lo habríamos escuchado. Simplemente se trató de una niña baleada. Pasó una moto y los policías dispararon contra la moto», pero por error «dispararon contra la kombi», dijo a periodistas una de sus tías, Daniele Lima Félix, de 24 años.
Daniele participó junto a otros jóvenes negros de la protesta frente a la Asamblea Legislativa de Rio. De luto, recordaron el nombre de otros jóvenes asesinados y empuñaron pancartas con mensajes como «vidas negras importan», «paren de matarnos» y consignas contra el gobernador de Rio de Janeiro, Wilson Witzel.
Más temprano, Witzel aseguró que dará «prioridad» a la investigación del caso, pero culpó al narcotráfico y a los consumidores de drogas por la muerte de la niña.
«Quien está en el crimen organizado es terrorista. Son ellos quienes están apretando los gatillos. Quien fuma marihuana y compra estupefacientes ayudó a apretar ese gatillo», añadió el gobernador, que calificó la muerte de la pequeña como un «hecho aislado».
Ágatha es la quinta niña muerta durante una acción policial en lo que va de 2019, según cifras de Fogo Cruzado, una plataforma en línea que realiza un seguimiento de la cantidad de tiroteos en Rio. En total, 16 niños han sido heridos o muertos.
Organismos de derechos humanos repudian la política de seguridad que se aplica, por considerar que privilegia los enfrentamientos armados contra delincuentes a costa de la vida de inocentes.
Las muertes violentas en Brasil cayeron 10,4%, a 57.341 en 2018, respecto a 2017, según el último informe del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), que trabaja con datos oficiales.
Sin embargo, el número de personas muertas en acciones policiales subió 19,6% en 2018, es decir 6.220 fallecidos, la mayoría jóvenes negros.