A bordo del avion papal (Italia) (AFP) – El papa Francisco lanzó un pedido para que la ONU «ayude» a Venezuela ante la crisis económica, política y social que vive ese país, según declaró este lunes a los periodistas en el vuelo de regreso de su viaje de cinco días a Colombia.
«Lo más doloroso es el problema humanitario. Mucha gente que escapa o sufre. Hay un problema humanitario que tenemos que ayudar a responder. Creo que la ONU debe hacerse oír para ayudar», dijo Francisco.
Interrogado sobre las dificultades que ha tenido el Vaticano para facilitar el diálogo entre el gobierno de izquierda de Nicolás Maduro y la oposición, el papa respondió con palabras claras.
«Creo que la Santa Sede habló fuerte y claro. Lo que Maduro piense, lo debe explicar él. No sé qué tiene en su mente», añadió el pontífice latinoamericano, muy atento a los asuntos de su continente.
«La Santa Sede ha hecho mucho. Envió a un nuncio de primer nivel, luego la labor de los cuatro expresidentes. He hablado con personas, también en forma privada y muchas veces en el ángelus. Buscando una salida, ofreciendo ayuda para salir. Parece que la cuestión es muy difícil», explicó.
La crisis en Venezuela es una de las grandes preocupaciones de Francisco, que durante el vuelo de ida el pasado 6 de septiembre hizo un nuevo llamamiento al «diálogo» con «todas» las partes en Venezuela.
Durante su estancia de cinco días en Colombia, país vecino con más de 2.000 kilómetros de frontera común con Venezuela, el papa se reunió con cinco obispos venezolanos en el marco de una reunión de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam).
Antes de partir el domingo de Cartagena de Indias hacia el Vaticano, Francisco, que tiene un ojo morado por un golpe con el papamóvil, volvió a clamar por una solución para Venezuela.
Desde la iglesia San Pedro Claver de Cartagena, durante el ángelus, también formuló un llamado para que se «rechace todo tipo de violencia en la vida política y se encuentre una solución a la grave crisis que se está viviendo y afecta a todos» en ese país.
Esos pedidos, hechos desde la vecina Colombia y en particular desde la iglesia dedicada al santo defensor de los Derechos Humanos, sobre todo de los esclavos, adquirieron un tinte particular.
La situación de Venezuela, es una de las mayores preocupaciones para la iglesia y tiene repercusiones en toda la región, en particular en Colombia, por los cerca de millón de venezolanos que se han refugiado en los últimos años, al agravarse cada vez más la situación económica, política y humanitaria.
Los obispos venezolanos aprovecharon el jueves pasado para informarle sobre la «agudización de la crisis» en ese país caribeño.
Los cardenales Jorge Urosa y Baltazar Porras, acompañados por otros jerarcas de la Iglesia venezolana, condenaron «la radicalización de la actitud del gobierno», según explicó en un comunicado la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).
Sin embargo, el papa argentino, no pierde la esperanza de que se reactive el diálogo «con todos» los sectores, según el pedido hecho a los periodistas en el vuelo de ida a Colombia.