Managua (AFP) – El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, acusó este sábado a los empresarios de promover el «terrorismo económico» por apoyar los paros convocados por la oposición, que desde abril pide su dimisión con protestas y cuya represión ha dejado más de 320 muertos.
Los empresarios «están queriendo jugar ahora al terrorismo económico» y «jugar con la economía es jugar con fuego, y todo tiene su límite», advirtió Ortega durante un acto ante miles de partidarios en Managua.
El mandatario afirmó que las empresas «no pueden seguir cerrando» y calificó como una «mentira» los argumentos de algunos propietarios que alegan que van «al paro porque los están amenazando con quemar sus negocios».
«La próxima vez que llamen a paro vamos mandar a la policía para que mantengan las puertas abiertas y que eso les dé a ellos la seguridad» que necesitan, añadió.
Ortega llamó a los empresarios a actuar con «responsabilidad» para evitar un mayor deterioro de la economía, que este año crecerá un 1%, de una proyección inicial de 4,9%.
Instó además a «las fuerzas políticas que nos adversan a unir esfuerzos» para restaurar la economía e iniciar un proceso de reconciliación y advirtió que los opositores que rehúsen sumarse a este proceso de reconciliación para cometer «crímenes» les «caerá la justicia con toda la ley».
El gobierno acusa a los manifestantes que protestan contra su gobierno desde el 18 de abril de «golpistas y terroristas» y les atribuye una serie de delitos que han provocado la detención de al menos 500 manifestantes.
En su intervención, Ortega también minimizó los efectos que tendría en el país la aprobación de sanciones económicas de Estados Unidos, que ha condenado la represión contra opositores.
«Si lo aplican ¿qué?», dijo el gobernante sobre el proyecto de ley Nica-Act (Ley Nicaraguan Investment Conditionality Act), que propone limitar el acceso a préstamos al gobierno de Ortega. Esta iniciativa entraría a debate esta semana en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense.
En su discurso Ortega rechazó de manera implícita la posibilidad de reanudar el diálogo con la oposición aduciendo que prefiere conversar con la gente de los barrios y comunidades. En mayo habían iniciado negociaciones para buscar una salida a la crisis generada por las protestas.
Reiteró además su negativa de adelantar las elecciones del 2021 al 2019 como pide la oposición para solucionar la crisis.
«Ellos tienen que esperar a que lleguemos al 2021. Es a través de los votos que se cambian gobiernos en Nicaragua», subrayó.
La oposición acusa a Ortega, en el poder desde el 2007, de instaurar una dictadura junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, marcada por la corrupción.