Estocolmo (AFP) – La organización venezolana Cecosesola, que ofrece servicios sociales, y dos activistas de derechos humanos somalíes y una abogada ucraniana de derechos humanos ganaron el jueves el Premio Right Livelihood, considerado un Nobel alternativo.
«Ante el fracaso de la gobernanta y la ruptura del orden -incluidas las guerras, el terrorismo, el activismo, los desplazamientos masivos y la crisis económica- (los galardonados de este año) han establecido nuevos sistemas centrados en el ser humano», dijo el director de la fundación, Ole von Uexkull, en un comunicado.
La venezolana Cecosesola recibió el premio Right Livelihood, también conocido como premio Nobel alternativo en medio ambiente y desarrollo internacional, «por establecer un modelo económico equitativo y cooperativo como alternativa sólida a las economías basadas en el beneficio».
De su lado, las activistas somalíes Fartuun Adan y su hija Ilwad Elman fueron premiadas «por promover la paz, la des militarización y los derechos humanos en Somalia frente al terrorismo y la violencia de género».
Las dos mujeres dirigen iniciativas que ayudan a desarmar y rehabilitar a ex niños soldados, así como a víctimas de violencia de género.
La ucraniana Oleksandra Matvichuk y su Centro para las Libertades Civiles fueron galardonados «por construir instituciones democráticas sostenibles en Ucrania y modelar un camino hacia la responsabilidad internacional por los crímenes de guerra».
La organización también documenta las violaciones de los derechos humanos y los crímenes de guerra cometidos desde la invasión de Ucrania por parte de Moscú.
Por último, el Instituto Africano para la Gobernanza de la Energía ganó por su «valiente trabajo en favor de la justicia climática y los derechos de las comunidades violados por los proyectos energéticos extractivistas en Uganda».
Esta organización, con sede en Uganda, realiza actividades de promoción para ayudar a las comunidades pobres a influir en las políticas energéticas, lo que incluye ejercer presión contra los proyectos de petróleo y gas perjudiciales para el medio ambiente.
El filatelista sueco-alemán Jakob von Uexkull fundó en 1980 el premio Livelihood, financiado por donantes, después de que la Fundación Nobel, responsable de los premios Nobel, se negara a crear premios que honraran los esfuerzos en los campos del medio ambiente y el desarrollo internacional.
Se introdujeron «para honrar y apoyar a quienes ofrecen respuestas prácticas y ejemplares a los retos más urgentes a los que nos enfrentamos hoy en día», según la fundación.
El premio está dotado con un cheque de un millón de coronas (88.000 dólares) por galardonado.