Washington, 28 mar (EFE).- El presidente de la Comisión de Política Exterior del Parlamento venezolano, el opositor Luis Florido, pidió hoy en la Organización de Estados Americanos (OEA) que se aplique la Carta Democrática a Venezuela en su sesión de hoy.
Florido, del partido Voluntad Popular, se reunió con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, en la sede del organismo en Washington antes de que comience la sesión extraordinaria para «considerar la situación de Venezuela», solicitada por 18 Estados miembros.
En declaraciones a los periodistas, Florido explicó que ha pedido a Almagro y a «algunos» países de la OEA que apliquen la Carta Democrática Interamericana a Venezuela para presionar al Gobierno de Nicolás Maduro a convocar elecciones anticipadas «lo más pronto posible».
La Carta, el instrumento jurídico de la OEA para proteger la democracia en la región, contempla un proceso gradual que va desde las gestiones diplomáticas hasta, como último recurso, la suspensión de un Estado.
Florido evitó en todo momento hablar de suspensión, pese a la insistencia de los periodistas por que se pronunciara al respecto, y se limitó a pedir la «aplicación de la Carta» sin concretar por qué fase de su proceso gradual apuesta.
Para que se inicie la aplicación de la Carta, como pide Almagro, al menos 18 países deberían votar a favor de declarar que en Venezuela «hay una alteración del orden constitucional» que afecta «gravemente su orden democrático», algo en lo que no coinciden las 18 naciones que han convocado la sesión de hoy.
Lo que se espera, según explicaron fuentes diplomáticas a Efe, es un debate abierto sobre la declaración de los 14 países publicada el pasado jueves, el informe crítico de Almagro divulgado el 14 de marzo y la presentación que hizo ayer la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, en la reunión del lunes pedida por su Gobierno.
Florido no participará ni estará presente en la sesión de hoy al considerar que no es lo que le corresponde, según explicó a los medios.
El diputado está decidido a regresar a Venezuela pese a que salió del país cruzando la frontera con Colombia a pie con el pasaporte anulado desde hace casi dos meses.
Para suspender a Venezuela de la OEA, medida pedida por Almagro si no hay elecciones en un mes pero que rechazan la mayoría de los Estados, habría que llegar hasta el final del proceso gradual que se inicia con la aplicación de la Carta.
Tendría que aprobarse con 18 votos que «hay una alteración del orden constitucional» que afecta «gravemente su orden democrático», algo que Almagro afirmó ya en su informe del 30 de mayo pasado para invocar la Carta.
Si ese voto prosperará, habría gestiones diplomáticas y buenos oficios para intentar convencer al Gobierno venezolano de los cambios exigidos.
De no avanzar estos, se necesitaría que 24 embajadores (dos tercios de los 35 países miembros) votaran en un Consejo Permanente la Permanente la convocatoria de una Asamblea General extraordinaria de cancilleres.
De nuevo se intentaría la vía diplomática y, de fracasar, sería necesario otra vez el voto de 24 países para suspender a Venezuela, con lo que dejaría de participar en sus programas y actividades.
Por el momento, las cuentas diplomáticas están lejos de arrojar esa cifra, gracias al apoyo del bloque de países del Caribe aliados de Venezuela y que se han beneficiado durante más de una década de su petróleo subvencionado a través de Petrocaribe.