La Paz (AFP) – El líder opositor regional boliviano Luis Fernando Camacho llegó este miércoles a La Paz para entregarle al presidente Evo Morales una carta de renuncia para que la firme, en el mayor desafío al mandatario indígena desde su cuestionada reelección.
En este contexto de tensión política, se incrementó también la violencia callejera y un estudiante murió en choques entre manifestantes opositores y oficialistas en la ciudad central de Cochabamba, elevándose a tres el número de fallecidos desde que estallaron las protestas contra la reelección de Morales hace dos semanas.
«Tengo la esperanza que vamos a lograr el objetivo», declaró Camacho en un video que subió a su página de Facebook, dos horas después de que su vuelo aterrizara en la noche en el aeropuerto de El Alto, que sirve a La Paz, donde lo recibieron críticos y seguidores.
El opositor salió de la terminal área en un vehículo custodiado por la policía, pero no acudió a la casa de gobierno, donde era esperado por decenas de periodistas, sino que fue a un lugar no revelado, donde aparentemente pasará la noche.
«Venimos a buscar la paz del país, no queremos dividir a Bolivia queremos una sola Bolivia», indicó Camacho, expresando su esperanza de que «ya no haya enfrentamientos», mientras en calles de La Paz había manifestaciones a favor y en contra de él.
Camacho ya había intentado llegar a La Paz el martes, pero no pudo salir de la terminal área y regresó a su bastión de Santa Cruz.
También llegaron a acompañarlo el expresidente Jorge «Tuto» Quiroga (2001-2002) y Gustavo Pedraza, candidato a la vicepresidencia en los comicios del 20 de octubre en dupla con el expresidente Carlos Mesa (2003-2005). Este último los esperó en el aeropuerto.
El ministro de Defensa, Javier Zavaleta, dijo que Camacho «puede entregar las cartas que quiera» en la casa de gobierno, pero descartó que Morales vaya a recibirlo.
«Seguramente se va a recibir su correspondencia como corresponde a cualquier correspondencia», expresó.
La oposición exige la dimisión de Morales, la anulación de los comicios y la convocatoria a nuevas elecciones sin que él sea candidato.
Camacho, abogado de 40 años, se ha convertido en el rostro más visible de la oposición tras los comicios, opacando a Mesa, que fue segundo en la votación.
– Muere estudiante en Cochabamba –
El estudiante Libert Guzmán, de 20 años, murió por las lesiones sufridas este miércoles en choques entre oficialistas y opositores en Cochacamba, que dejaron además una veintena de heridos.
«Expreso mi profundo pesar por el fallecimiento del joven Limbert Guzmán, víctima inocente de la violencia promovida por grupos políticos que alientan el odio racial entre hermanos bolivianos», tuiteó Morales poco después de que un hospital local confirmara el deceso a la AFP.
Otros dos hombres murieron hace una semana baleados en una protesta en el pueblo de Montero, en la región de Santa Cruz.
Además, unas 170 personas han resultado heridas en las protestas, según balances de medios locales.
– Militares –
En un acto de la marina de guerra boliviana este miércoles, Morales declaró que las Fuerzas Armadas deben «prestar servicio al pueblo boliviano», en una aparente respuesta a Camacho, quien el sábado pidió a los militares -que se han mantenido al margen de la controversia electoral- que se pongan al lado de la oposición.
La iniciativa del líder cívico de llegar a La Paz para llevarle al presidente izquierdista una carta de renuncia para que la firme es la acción opositora más audaz tras los cuestionados comicios que dieron un cuarto mandato a Morales.
Sucre (sur), Jesús Juárez, afirmó que «pedir la renuncia del presidente (…) es una medida radical y en tiempos de democracia no se pueden tomar así a la ligera» ese tipo de acciones.
«La historia se repite», había replicado Morales el martes a Camacho, recordando que hace cuatro décadas el general golpista Luis García Meza le llevó una carta de renuncia a la presidenta Lidia Gueiler (1979-1980), instaurando una dictadura.
– Millonarias pérdidas –
En Santa Cruz los opositores mantienen ocupadas sedes de entidades y empresas públicas, y también hay bloqueos de calles y paros parciales en otras ciudades.
Morales, primer gobernante indígena de Bolivia, ha llamado a sus seguidores a defender el resultado electoral, que está bajo auditoría de una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), rechazada por la oposición.
La misión de la OEA condenó «rotundamente» la violencia y exhortó en un comunicado a «esperar con serenidad y en un ambiente pacífico los resultados de la auditoría».
El país andino está crecientemente polarizado, sin diálogo entre ambos bandos, tras 13 años de gobierno izquierdista.
La Agencia Nacional de Hidrocarburos advirtió sobre un posible desabastecimiento de gasolina de persistir los bloqueos de calles.
En dos semanas de protestas y paros «el país ha perdido 167 millones de dólares», 12 millones diarios, según cifras oficiales.