Caracas (AFP) – La oposición venezolana retomó este miércoles la actividad parlamentaria un día después de que fuerzas de seguridad le impidieran sesionar, mientras crece la presión de Estados Unidos contra el gobierno de Nicolás Maduro con la suspensión de vuelos entre ambos países.
«Aquí estamos, sesionando, dándole la cara al pueblo», se congratuló Guaidó en el hemiciclo del Legislativo, único poder en manos de la oposición y objeto de una arremetida oficialista desde una fallida sublevación militar el 30 de abril contra Maduro.
Durante el debate, al que la Guardia Nacional impidió la entrada de la prensa, varios asientos se vieron vacíos y no se informó del número de asistentes.
Guaidó, jefe parlamentario reconocido como presidente interino de Venezuela por medio centenar de países, dijo que con el bloqueo de la Asamblea el gobierno socialista mostró al mundo «que son una cruel y vulgar dictadura».
Guaidó la denunció como un intento por clausurar la cámara.
El «cese de la usurpación» de Maduro está cerca, aseguró el ingeniero de 35 años.
– Sin vuelos entre EEUU y Venezuela –
En un nuevo apretón de tuercas contra Maduro, Estados Unidos suspendió todos los servicios aéreos de pasajeros y carga desde y hacia Venezuela, evocando razones de seguridad.
El líder chavista afirmó que Washington adoptó esa medida por «odio y venganza» al ver que «su política golpista viene fracasando», y consideró que le hace daño especialmente a la clase media.
Solo un puñado de vuelos directos se verán afectados, pues la mayor parte de las líneas aéreas ya habían suspendido esas rutas ante la crisis en el país petrolero.
La administración de Donald Trump, principal protector internacional de Guaidó, mantiene una política de sanciones contra el chavismo y no descarta una opción militar.
Guaidó, cuya estrategia de movilizaciones de calle para forzar a la Fuerza Armada a dar la espalda a Maduro pierde empuje, instruyó a sus representantes en Estados Unidos tomar contacto directo con el ejército estadounidense, lo que podría concretarse en una próxima reunión con el Comando Sur.
Maduro, aferrado al apoyo de Rusia y China, acusa a Guaidó de «títere» de Washington y alerta que el gobierno de Trump -con quien cortó relaciones- busca apoderarse de la mayor reserva petrolera del mundo.
Este miércoles, el presidente izquierdista denunció además la «violación» de la embajada venezolana en Washington y tildó de «locura» la notificación de desalojo que hizo la policía a activistas que ocupan la sede en apoyo a su gobierno.
– Cárcel, sede diplomática o clandestinidad –
Dentro de las represalias judiciales por la fracasada sublevación liderada por Guaidó, catorce diputados fueron imputados por traición a la patria y conspiración por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista. La chavista Asamblea Constituyente los despojó luego de su fuero.
Una de las caras visibles de la arremetida es Edgar Zambrano, vicepresidente del Parlamento, quien fue recluido en Fuerte Tiuna, principal complejo militar en Caracas, tras ser arrastrado hace una semana por una grúa en su vehículo para detenerlo.
Cuatro parlamentarios se refugiaron en residencias de embajadores en Caracas, el último de ellos Franco Casella, recibido en la casa del diplomático mexicano.
Un paso llamativo pues México, a diferencia de países como Brasil, Argentina y Colombia, reconoce a Maduro y no a Guaidó. Pero alegó «preocupación» por la inviolabilidad del fuero legislativo.
Además, un diputado huyó a Colombia y otro más, Freddy Superlano, pasó a «la clandestinidad», según anunció en Twitter.
«Hoy, la historia nos obliga a ser firmes ante los pocos que pretenden mancillar los ideales del pueblo», dijo este miércoles el presidente del TSJ, Maikel Moreno, en un acto oficial refiriéndose a supuestos ataques a la Constitución.
Según un recuento del Legislativo, 26 de sus miembros han sido objeto de medidas judiciales desde 2016.
– «Hacer la paz» –
En su debate de este miércoles, el Parlamento aprobó reintegrar a Venezuela a la Corte y Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), de las que había sido excluida por el gobierno chavista en 2013.
Una medida simbólica, ya que el Parlamento está maniatado desde 2016 por una decisión del TSJ y fue sustituido de facto en sus funciones por la Constituyente.
Mientras la disputa por el poder entre Maduro y Guaidó llega casi a sus cuatro meses, Venezuela sigue sumergida en la peor crisis socioeconómica de su historia reciente.
«No deberían estar matándose entre ellos mismos, deberían hacer la paz y ayudar al país», comentó a la AFP Leidy Ramírez, de 29 años, madre de cuatro hijos y residente de la barriada popular caraqueña de Petare.