Tegucigalpa (AFP) – Miles de opositores hondureños se manifestaron el viernes para presionar la salida del presidente Juan Orlando Hernández al ser mencionado en un caso de narcotráfico en una corte de Estados Unidos.
Encabezados por el líder de la izquierda, el presidente derrocado en 2009 Manuel Zelaya, más de 10.000 personas, según estimaciones de periodistas, marcharon tres kilómetros por los bulevares Kennedy y Centroamérica, este de la capital, al parque central.
Se sumaron veinte activistas que desde el lunes estaban en ayunos de doce horas diarias frente al ministerio Público, exigiendo la libertad de cinco «presos políticos», capturados durante protesta meses atrás.
«Si se lleva a cabo la unidad de la oposición, a Juan Orlando le quedan semanas en el poder», aseguró Zelaya en un discurso al cierre de la marcha sin que fueran reprimidos por policías, como pocas veces ocurre. «Unidad, unidad», corearon los manifestantes.
Añadió que «el pueblo huye en grandes caravanas de migrantes» hacia Estados Unidos desde octubre pasado, por las condiciones que vive Honduras con el actual gobernante.
Recordó que este sábado llegará a Honduras la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, con 14 miembros del Congreso, demócratas y republicanos.
«Señora Pelosi (…) si quiere que corrijamos el problema del migrante (…) simplemente ordene la captura de juan Orlando Hernández, para salir adelante en nuestro país», demandó.
La oposición hondureña recrudeció las protestas la última semana, luego de que la prensa estadounidense divulgara documentos de un testimonio presentado por la fiscalía federal ante una corte de Nueva York que supuestamente vinculan al presidente con el hermano, Antonio ‘Tony’ Hernández, en narcotráfico.
‘Tony’ Hernández, capturado en Miami en noviembre en Miami, fue tipificado por la fiscalía como «narcotraficante a gran escala», lo que causó un fuerte impacto en el gobernante pero ofreció apoyo a la justicia estadounidense.
El gobernante ha sido considerado por Estados Unidos aliado en la lucha contra de narcotráfico por su colaboración para desarticular poderos carteles vinculados con los colombianos y mexicanos que operaban en Honduras para llevar cocaína a Norteamérica.