Ginebra (Suiza).- La reducción de la jornada laboral y la organización más flexible del tiempo de trabajo podría beneficiar a las empresas, los empleados y las economías, según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El nuevo informe de la OIT, El tiempo de trabajo y el equilibrio entre el trabajo y la vida privada en el mundo, destaca que las medidas laborales aplicadas durante la pandemia del COVID-19 brindaría un beneficio más saludable entre el trabajo y la vida privada.
“Este estudio muestra que si aplicamos algunas de las lecciones aprendidas durante la crisis de la COVID-19 y analizamos atentamente la manera en que las horas de trabajo están estructuradas, así como su duración promedio, podemos crear una situación que beneficie a todos, mejorando tanto el rendimiento de las empresas como el equilibrio entre la vida laboral y familiar”, declaró Jon Messenger, principal autor del informe.
El estudio analiza las horas laborales, en las cuales destaca que estas jornadas varían de acuerdo a la región donde reside el trabajador.
Al comparar las jornadas laborales estándar de 8 horas diarias y 40 horas laborales, el estudio resalta que más de una tercera parte de la fuerza laboral mundial labora más de 48 horas semanales.
Por otro lado, una quinta parte labora en horarios reducidos, considerados de tiempo parcial, o menos de 35 horas a la semana. Las jornadas laborales de los trabajadores de la economía informal tienden a ser más largas o cortas.
“Las jornadas de trabajo más largas por lo general están asociadas con una productividad inferior, mientras que un horario más reducido está relacionado con una mayor productividad”, destaca una de las conclusiones del informe.
El informe también analiza los efectos de la organización de la jornada laboral en el equilibrio de la vida privada y profesional, que incluyen, entre otros, los trabajos por turno. Sin embargo, advierte que los beneficios de estas modalidades de la organización del horario laboral podrían ocasionar costos como riesgos de salud, entre otros.
“Existe una cantidad considerable de evidencia que las políticas de equilibrio entre la vida profesional y privada proporcionan importantes beneficios a las empresas, sustentando el argumento de que este tipo de políticas son provechosas tanto para los empleadores como para los empleados”, señala el informe.