La Democracia (Guatemala) (AFP) – El empresario guatemalteco Roberto Arzú, tercero en los sondeos para las elecciones presidenciales del domingo, cerró este miércoles su campaña advirtiendo a los grupos del crimen que, de ganar los comicios, los irá a «buscar» a las calles.
«Voy a ir a buscar a cada uno de esos extorsionistas, mareros (pandilleros), narcotraficantes a la calle. Los voy a ir a buscar hasta debajo de la última piedra y cuando los encuentre una oportunidad les voy a dar: o se rinden en ese momento o allí mismo se mueren», señaló Arzú en un efusivo discurso en el poblado de La Democracia, 55 km al sur de Ciudad de Guatemala.
El hijo del fallecido expresidente Álvaro Arzú (1996-2000) y candidato por la alianza derechista PAN-Podemos remarcó en el acto su promesa de atacar la violencia criminal, uno de los principales problemas sociales, junto a la pobreza y corrupción, que enfrenta el país centroamericano.
«Voy a sacar el Ejército a la calle, voy a subir a 60.000 policías, voy a militarizar las cárceles», agregó Arzú, vestido con una camisa blanca arremangada, pantalones vaqueros y tenis blancos.
Cada promesa del candidato, recibido como una estrella de rock, desató la aclamación de cerca de 2.000 seguidores en el pequeño poblado que agitaron un mar de banderas blancas del partido al ritmo de estridente música tropical.
De acuerdo con las últimos encuestas, la ex primera dama socialdemócrata Sandra Torres marcha adelante con 22,6% de intención de voto, seguido del médico Alejandro Giammattei con 11,6%, y en tercera posición se asoma Arzú con el 9,2%.
El empresario arremetió contra Torres y Giammattei, a quienes señaló de estar «juntos» y tener nexos con el crimen y la corrupción.
Agregó que sus dos cercanos contendientes estuvieron involucrados en la expulsión de la contienda electoral de la exdiputada Zury Ríos, hija del fallecido exdictador Efraín Ríos Montt, y de «otros candidatos».
El tribunal constitucional vetó la participación de Ríos por un artículo de la Constitución que prohíbe postularse a la presidencia a familiares de caudillos de golpes de Estado. También dejó fuera a la exfiscal Thelma Aldana, figura clave en una lucha contra la corrupción pero con una orden de captura por supuestas anomalías en su gestión.
Ambas se disputaban el segundo y tercer lugar y eran aspirantes a disputar un eventual balotaje con Torres.
«No contaban con mi astucia. No contaban con el Chapulín Colorado Arzú», mencionó el empresario, quien confía en avanzar a la segunda vuelta electoral, prevista para el 11 de agosto.
Además acusó a Torres y Giammattei de tener «un plan» para convertir a Guatemala en un «narcoestado y una Venezuela».
Su equipo de trabajo está conformado por exfuncionarios de la administración de su fallecido padre, «el mejor gobierno que ha tenido la historia de Guatemala», afirmó.