Buenos Aires (AFP) – Un informe de la Gendarmería argentina que, a dos años y medio de su muerte concluyó que el fiscal Alberto Nisman fue asesinado en contraposición a una pericia anterior, agrega mayor incertidumbre a una enmarañada causa judicial.
El peritaje de la Gendarmería (policía militarizada) fue entregado el viernes al fiscal federal Eduardo Taiano, a cargo de la causa por la muerte de Nisman, fallecido en 2015 cuando investigaba el atentado al centro judía AMIA que causó 85 muertos y 300 heridos en 1994.
El nuevo peritaje, firmado por 28 expertos y que consta de dos tomos y tres CDS, apunta a que Nisman habría sido drogado con ketamina -que apareció en estado puro no metabolizado- y golpeado en la nariz, el hígado y las piernas antes de ser asesinado en el baño de su casa, según consignaron este sábado los diarios La Nación y Clarín.
La familia sostiene la hipótesis del homicidio, mientras la justicia investiga el caso como «muerte dudosa» pero admitió la posibilidad del asesinato al pasar la causa del fuero penal al federal en septiembre de 2016.
El peritaje de Gendarmería se contrapone al que había hecho el prestigioso Cuerpo Médico Forense, dependiente de la Corte Suprema de Justicia, según el cual no había indicios de homicidio ni de la presencia de otra persona en la escena, inclinándose por un suicidio.
El informe del Cuerpo Médico es «consistente y muy bien fundado» dijo el sábado a radio 10 la titular de la Cámara de Casación Penal, María Laura Garrigós de Rébori.
Nisman fue hallado muerto en el baño de su apartamento con un tiro en la cabeza, el 18 de enero de 2015.
Junto al cuerpo del fiscal había una pistola Barsa 22, de donde salió la bala y que el fiscal había pedido prestada a un colaborador, el asesor informático Diego Lagomarsino, hasta ahora solo procesado por haberle prestado el arma.
Al día siguiente, Nisman debía explicar en el Congreso su denuncia contra la entonces presidenta Cristina Kirchner (2007-2015), a quien acusó de intentar encubrir a iraníes acusados por el atentado a la AMIA, a cambio de acuerdos comerciales.
La muerte del fiscal se había colado en 2015 en la campaña electoral que llevó a la presidencia a Mauricio Macri (centroderecha) y la causa se reaviva a un mes de las legislativas en la que Kirchner es la más fuerte candidata a senadora de la oposición.