Caracas (AFP) – «Es muy sabroso quejarse con el vecino tomándose un café», comentaba este sábado una mujer que esperaba la llegada de Juan Guaidó a una protesta en Caracas, lamentando una tímida respuesta al llamado del líder opositor a nuevas movilizaciones contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Xachat Mujica, diseñadora de moda de 32 años, se declara dispuesta a «seguir en la calle» en la cruzada iniciada por Guaidó, jefe parlamentario reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países, desde que se proclamó frente a una multitud el pasado 23 de enero.
Sin embargo, en contraste con las masivas protestas organizadas por el dirigente opositor desde entonces, solo unos cientos de manifestantes acudieron a la plaza Alfredo Sadel, en Las Mercedes, un bastión opositor en la capital venezolana.
«Es muy sabroso quejarse desde el teléfono, desde las redes sociales, o esperar que salga el vecino (…), quejarse con el vecino tomándose un café», dice a la AFP Xachat.
El descontento, dice, hay que «demostrarlo en la calle».
Guaidó, según analistas como el politólogo Luis Salamanca, tiene el reto de evitar el «desgaste» de las movilizaciones que buscan la salida del poder de Maduro, declarado «usurpador» por la mayoría opositora del Parlamento.
«Tenemos miedo por la represión, pero no podemos quedarnos en la casa (…). Yo esperaba ver a más gente», comentó por su parte a la AFP Melquíades Rosales, comerciante de 42 años, quien llevaba una bandera de Venezuela en el que el negro sustituía los tradicionales colores amarillo, azul y rojo como señal de luto.
Los disturbios tras el fallido alzamiento militar del pasado 30 de abril contra Maduro dejaron seis muertos.
En oleadas de protestas en 2014 y 2017, durante las cuales la oposición denunció una «salvaje represión», fallecieron unos 200 venezolanos.
Una mujer portaba un cartel con el mensaje: «Militares, ¿cuántos muertos más van a esperar?». Guaidó ha hecho constantes llamados a la Fuerza Armada a dar la espalda a Maduro, pero el alto mando ha mostrado una y otra vez su lealtad al mandatario socialista.
– «Él solo no puede» –
«Ellos tienen las armas, nosotros tenemos la protesta», expresó María Eugenia Escalona, una urbanista que cargaba un cartel con una imagen de Guaidó que imitaba la famosa pintura «La Libertad guiando al pueblo», de Eugene Delacroix.
«Votamos por la Asamblea Nacional, es el único poder legítimo, y quieren desmantelarla», añadió María Eugenia.
Las protestas de este sábado fueron convocadas ante la ofensiva del oficialismo contra diputados de la Asamblea Nacional luego de la sublevación del 30 de abril. Diez parlamentarios han sido acusados y uno de ellos, el vicepresidente del Parlamento, Edgar Zambrano, fue arrestado el miércoles.
Tres de los legisladores imputados pidieron refugio en sedes diplomáticas y uno más huyó a Colombia.
«Vine en apoyo de los diputados (…). Él solo (Guaidó) no puede. La gente tiene que estar en la calle», dijo Deisy Montilla, de 69 años.
Tres de sus cuatro hijos emigraron en un éxodo por la grave crisis socioeconómica, con hiperinflación, escasez de medicamentos y bienes básicos y apagones, que según la ONU ha llevado a unos tres millones de venezolanos a abandonar el país desde 2015.
– «¡187!» –
Una decena de manifestantes, en tanto, sostenía dos enormes banderas de Venezuela y Estados Unidos juntas.
Uno de ellos portaba un cartel con el número 187, en referencia a un artículo de la Constitución que puede autorizar una misión militar extranjera en Venezuela, que muchos piden a Guaidó invocar.
«¡187! ¡187!», gritaron manifestantes durante el discurso del líder parlamentario.
Estados Unidos, que ha impuesto sanciones contra Venezuela en su presión contra Maduro, no descarta una «opción militar».
Frente a la consigna, Guaidó pidió no cejar en las movilizaciones callejeras.
La solución de la crisis «va a depender de nosotros, no solamente de apoyo internacional», expresó sobre una tarima.