Washington, 10 abr (EFE).- Neil Gorsuch juró hoy su cargo como nuevo juez del Tribunal Supremo de la mano del presidente Donald Trump, ocupando de manera oficial el noveno asiento de la máxima corte del país, vacante desde hace más de un año.
En una ceremonia pública en los jardines de la Rosaleda de la Casa Blanca, y ante todos los miembros de la corte, el juez Anthony Kennedy tomó el juramento a Gorsuch, quien se convirtió así en el juez número 101 del alto tribunal.
Antes del juramento, el presidente pronunció unas palabras ante los asistentes para resaltar los valores del juez entrante y también recordar al Antonin Scalia, quien ocupara ese cargo hasta febrero del año pasado, cuando falleció de manera inesperada.
Trump subrayó la dilatada carrera del nuevo juez como magistrado federal, y aseguró que «decidirá en los casos basándose no en sus preferencias personales, sino en una lectura justa y objetiva de la ley».
Asimismo, el mandatario insistió en la «incuestionable integridad» de Gorsuch, sus «inigualables cualificaciones» y su «profunda fe en la Constitución estadounidense».
«Lo más importante que hace un presidente de Estados Unidos es nominar a gente para puestos como este de juez de la Corte Suprema, (…) y en este caso es un gran honor», dijo Trump, al presidir la ceremonia.
«Este país está bendecido al poder contar con su sabiduría, imparcialidad y justicia, trabajará bajo la leyes, y no sobre ellas. (…) Protegerá la Constitución no sólo hoy, sino para muchas generaciones venideras», agregó Trump.
No obstante, Gorsuch se ha convertido en el primer juez del Supremo estadounidense en ser aprobado por mayoría simple por el Senado, después de que los republicanos, quienes lideran la Cámara Alta, maniobraran y cambiaran las reglas legislativas para evitar el bloqueo demócrata.
Normalmente, los jueces del máximo tribunal suelen contar con apoyo bipartidista, aunque sean nominados por presidentes republicanos o demócratas, sin embargo el caso de Gorsuch es uno de los más polarizados de la historia.
Y es que su confirmación, que finalmente se produjo el pasado viernes, se ha producido en unas circunstancias completamente atípicas, ya que el Senado, con los republicanos en mayoría, se negó a votar sobre el nominado del expresidente Barack Obama, quien aún estaba al frente del país cuando falleció Scalia y se creó la vacante.
Con la llegada de Gorsuch a la Corte Suprema se mantiene la tendencia conservadora que existía con el fallecido juez, uno de los más conservadores, ya que ahora cinco de los magistrados que componen la corte han sido nombrados por presidentes republicanos y cuatro de ellos por demócratas.