Cabo Cañaveral (Florida).- En la oscuridad de la madrugada, un evento crucial para la investigación ambiental y la ciencia oceánica tuvo lugar con el exitoso lanzamiento del satélite PACE (Plancton, Aerosol, Clima y Ecosistema oceánico) de la NASA.
El lanzamiento se realizó desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 40 en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, Florida. El cohete SpaceX Falcon 9 despegó, marcando un hito en la observación de la Tierra y el estudio de nuestro clima cambiante.
La misión PACE se centra en examinar la salud de los océanos, la calidad del aire y los efectos del cambio climático en beneficio de la humanidad.
Apenas cinco minutos después de su lanzamiento, la NASA confirmó la adquisición de la señal del satélite, el cual comenzó a funcionar según lo previsto, prometiendo un avance significativo en nuestra comprensión del medio ambiente terrestre.
Desde su posición en el espacio, PACE estudiará con detalle la vida microscópica en nuestros océanos y las diminutas partículas en el aire.
Equipado con un instrumento hiperespectral de color del océano, permitirá a los científicos medir vastas extensiones de agua a través de un espectro de luz ultravioleta, visible e infrarroja cercana.
Esta tecnología no solo facilitará el seguimiento del fitoplancton sino que también, por primera vez desde el espacio, permitirá identificar comunidades específicas de estos organismos a escala global y diaria.
Además, PACE está dotado de dos instrumentos polarímetros que explorarán cómo la luz solar interactúa con las partículas atmosféricas, ofreciendo insights nuevos sobre los aerosoles atmosféricos, las propiedades de las nubes y la calidad del aire a diferentes escalas.
Esta combinación de instrumentos proveerá datos vitales sobre las interacciones entre el océano y la atmósfera, y cómo estos sistemas están siendo afectados por el cambio climático.
«Las observaciones y la investigación científica de PACE avanzarán profundamente en nuestro conocimiento del papel del océano en el ciclo climático», expresó Karen St. Germain, directora de la División de Ciencias de la Tierra de la NASA.
La misión marca el comienzo de una nueva era en las ciencias oceánicas, combinando sus hallazgos con otras misiones para ofrecer una perspectiva más completa del sistema terrestre.
Los datos que PACE generará serán cruciales para estudiar los efectos del cambio climático en el fitoplancton, esencial para el ciclo global del carbono. A medida que los océanos responden al calentamiento global, desde el aumento del nivel del mar hasta la pérdida de biodiversidad, la misión proporcionará una herramienta invaluable para comprender estos fenómenos y ayudar a mitigar sus impactos.
La comunidad científica ha recibido con entusiasmo este nuevo satélite, cuya gestación y lanzamiento han sido testigos de la dedicación y el esfuerzo de un equipo comprometido con superar desafíos significativos, incluida la pandemia global.
«Después de 20 años de pensar en esta misión, es emocionante verla finalmente realizada», dijo Jeremy Werdell, científico del proyecto PACE.
Este lanzamiento no solo representa un logro tecnológico sino también un paso adelante en nuestra capacidad para proteger y entender nuestro planeta.
La misión PACE es un testimonio del compromiso de la NASA con la ciencia abierta y la investigación destinada a servir a la humanidad frente a los desafíos ambientales actuales.
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