Comasagua (El Salvador) (AFP) – Marta Isabel Ramírez, una madre soltera que recolecta fresas en una cordillera de Comasagua, en el centro de El Salvador, simboliza el esfuerzo de las mujeres por diversificar los deprimidos monocultivos de café, maíz y frijol.
En una ladera de la cordillera El Bálsamo, a 1.000 metros sobre el nivel del mar, abrazada por la brisa fresca y la neblina, Ramírez, de 38 años, trabaja en la finca San Ernesto.
«Estas fresitas nos regalan el pan de cada día», cuenta a la AFP.
En la parte alta de Comasagua, un municipio de 12.000 habitantes situado 20 kms al suroeste de San Salvador, se cultiva café, mientras que en la parte baja, frente al Pacífico, ahora hay huertos y parcelas de frutas, verduras y hortalizas cultivados por mujeres.
De piel trigueña y cerca de 1,6 metros de estatura, abrigada con un suéter negro, Ramírez, que antes trabajaba en el cafetal, dice que el cultivo de las fresas para ella es como una «bendición» porque le sirven para sustentar a sus hijos Griselda, de 12 años, Carlos (12), y Jazmín (8).
Junto a ella trabaja María Cristina Molina, de 60 años. Ella cuenta que «las cosechas de café no han servido» por tratarse de un empleo estacional, por lo que la esperanza llegó hace siete meses con el cultivo de fresas que les ha aportado «trabajo todos los días», cuenta Molina.
René Urrutia, de 45 años, uno de los propietarios de la Finca San Ernesto, explicó a la AFP que tras la «crisis» del café por plagas y bajos precios encontró en la fresa un «cultivo intensivo» que le permitió mantener el empleo en la zona.
Tener a mujeres laborando en su finca, según Urrutia, tiene «muchas bondades».
«La mano (de la mujer) es más hábil que la de un hombre, por eso las ocupamos en el café para hacer injertos y para plantar espolones (tallos) para reproducir el cultivo de la fresa», indicó Urrutia, un apasionado por la naturaleza.
En el sector sur de Comasagua, otras mujeres practican la agricultura orgánica.
«Vivimos de la agricultura orgánica», proclama a la AFP Kasandra Portillo, de 23 años, presidenta de la Asociación Cooperativa de Producción Agropecuaria Canasta Campesina (Acpacac).
La Acpacac, que recibe el apoyo financiero del Socorro Popular Francés y otros cooperantes, aglutina a 107 productores, de los cuales 70 son mujeres y el resto son jóvenes que fueron capacitados para elaborar abonos, insecticidas y repelentes orgánicos.