Washington (DC).- Las muertes por accidentes de tráfico en Estados Unidos cayeron en 2024 a su nivel más bajo desde el inicio de la pandemia, marcando un punto de inflexión significativo en las tendencias de seguridad vial del país.

Según estimaciones preliminares publicadas hoy por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), se proyecta que 39.345 personas perdieron la vida en choques de tráfico durante el año pasado.

Esta cifra representa una disminución de aproximadamente el 3.8% en comparación con las 40,901 muertes registradas en 2023, y destaca como la primera vez desde 2020 que el total anual de fatalidades cae por debajo del umbral de las 40,000.

El descenso se alinea con una tendencia ya observable desde mediados de 2022, cuando comenzaron a registrarse caídas trimestrales continuas en las cifras de muertes por tráfico. Con la baja reportada en el cuarto trimestre de 2024, ya son once los trimestres consecutivos en los que las fatalidades muestran un retroceso sostenido.

Esta evolución es interpretada por las autoridades como un signo esperanzador, aunque persisten desafíos significativos estructurales.

Peter Simshauser, consejero principal de la NHTSA, reconoció el progreso, pero subrayó que las cifras siguen siendo preocupantes.

«Es alentador ver que las muertes por choques de tráfico siguen disminuyendo desde los máximos alcanzados en la pandemia del COVID», señaló Simshauser.

«Sin embargo, el total de fatalidades en las carreteras del país sigue siendo significativamente mayor que hace una década y la tasa de mortalidad en choques de tráfico en los Estados Unidos sigue siendo alta en relación con muchos países similares».

En respuesta, el Departamento de Transporte intensificó su colaboración con cuerpos policiales para reforzar la aplicación de leyes de tránsito clave. En particular, se enfocaron en las relacionadas con el exceso de velocidad, el consumo de alcohol y drogas al volante, la conducción distraída y el uso obligatorio del cinturón de seguridad.

Pese a la mejora en las cifras absolutas, el contexto general sigue siendo complejo. Uno de los factores que podrían estar contribuyendo a este descenso es el aumento moderado en la cantidad de millas recorridas por los conductores.

Datos preliminares de la Administración Federal de Carreteras indican que en 2024 los vehículos en circulación recorrieron un 1% más de millas que en 2023. Aun así, la tasa de mortalidad por cada 100 millones de millas recorridas bajó a 1.20, la más baja desde 2019.

Este dato, si bien es alentador, sigue por encima del promedio de 1.13 registrado durante los siete años previos a la pandemia, lo que evidencia que la situación aún no ha retornado por completo a los niveles de seguridad anteriores a la crisis sanitaria global.

El análisis por estado también refleja un panorama mixto. NHTSA estima que en 2024 las muertes por tráfico disminuyeron en 35 estados y en Puerto Rico, lo cual sugiere una mejora generalizada en muchas regiones del país.

Sin embargo, se proyecta un aumento en 14 estados y en el Distrito de Columbia, mientras que un estado no presentó variaciones con respecto al año anterior. Esta distribución desigual pone en relieve la necesidad de políticas de seguridad vial adaptadas a las realidades locales.

A la par de las estimaciones para 2024, NHTSA también dio a conocer los datos finales de 2023, provenientes del Sistema de Análisis de Fatalidades (FARS) y del Sistema de Muestreo de Reportes de Choques (CRSS).

Según estos datos, en 2023 se registraron 40.901 muertes, lo que representó una reducción del 4.3% frente a las 42.721 fatalidades de 2022. Esta fue la segunda caída anual consecutiva desde 2021. La tasa de mortalidad también se redujo en ese periodo, bajando un 6%, de 1.34 a 1.26 muertes por cada 100 millones de millas recorridas.

Aunque el descenso sostenido de muertes representa una evolución positiva, las cifras reflejan que aún hay margen para mejorar. Las estrategias en marcha apuntan a reforzar no solo la infraestructura y la educación vial, sino también la fiscalización efectiva en las rutas. 

Mientras Estados Unidos sigue enfrentando cifras elevadas en comparación con otros países desarrollados, los datos más recientes abren una ventana de oportunidad para consolidar un cambio de tendencia que podría salvar miles de vidas en los próximos años.