Quito (AFP) – Durante una semana, Ecuador se ha visto sacudido por masivas movilizaciones contra un alza de los precios del combustible, que ha dejado cinco personas muertas y ha llevado al país a suspender la distribución de dos tercios de su producción petrolera.
– Alza del combustible –
El 1 de octubre, el presidente Lenín Moreno, anunció que dejará de subsidiar los combustibles más baratos y más utilizados en virtud de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que proporciona 4.200 millones de dólares en ayuda para reformas.
El mismo día, Ecuador anuncia que quiere abandonar la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en enero, debido a sus dificultades financieras.
– Manifestaciones –
El 3 de octubre, las manifestaciones contra la entrada en vigor de las nuevas tarifas (con alzas de hasta 123%) degeneraron en enfrentamientos con la policía y causaron unos 30 heridos. El presidente decreta el estado de emergencia durante 60 días. Las escuelas permanecen cerradas.
Las manifestaciones continúan al día siguiente. Varios cientos de personas han sido arrestadas, según el gobierno, que reporta 59 policías heridos.
El 5, las rutas son bloqueadas por campesinos e indígenas.
– Movilización de indígenas –
El 6 de octubre, el gobierno anunció la muerte de un hombre que fue golpeado por un vehículo durante una manifestación en el sur.
Los bloqueos de carreteras y las protestas continúan en aproximadamente 10 de las 24 provincias.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) anuncia, a su vez, un estado de emergencia en los territorios indígenas, amenazando con retener a los militares y policías que se acercan.
– Petróleo afectado –
El 7, miles de nativos y campesinos se reúnen cerca del Parlamento. Los incidentes estallan con la policía cerca de la sede del gobierno.
Los manifestantes ocupan pozos petroleros en la Amazonía, obligando a las autoridades a suspender sus actividades allí y a reducir la producción nacional de petróleo crudo en un 12%.
El ejecutivo se traslada a la ciudad portuaria de Guayaquil (oeste).
Lenín Moreno acusa a su homólogo venezolano Nicolás Maduro, y su predecesor, Rafael Correa, de haber «activado» un «plan de desestabilización».
Las autoridades identifican bloqueos de carreteras en 19 provincias.
– Toque de queda –
El 8, el presidente de Ecuador ordena un toque de queda nocturno en los órganos de poder después de los disturbios en Quito, cuando los manifestantes invadieron brevemente el Parlamento.
Las protestas redujeron en un tercio la producción de crudo del día.
Rafael Correa, en el exilio, niega cualquier intento de golpe y exige elecciones anticipadas.
Siete países latinoamericanos envían su «fuerte apoyo» al presidente Moreno. La Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea, Estados Unidos y España hacen un llamado al diálogo. La ONU y la Iglesia Católica ofrecen mediación.
– Manifestación masiva –
El día 9, decenas de miles de personas se manifiestan en relativa calma en Quito contra el aumento de los precios del combustible. En Guayaquil, bastión de la comunidad empresarial, miles de ecuatorianos apoyan al presidente.
Lenín Moreno regresa brevemente a la capital para intentar un diálogo.
Debido a los disturbios, las autoridades cierra el oleoducto principal, paralizando el 68% de la producción de petróleo.
– Llamado a la radicalización –
El 10, la Conaie, rechaza el diálogo con el gobierno y llama a la «radicalización de las acciones».
En Quito, manifestantes indígenas anuncian la detención de ocho policías.
Un nuevo balance de los servicios del Defensor del Pueblo, una agencia estatal, informa que cinco civiles murieron desde el comienzo de las manifestaciones, incluido un líder indígena.