Māhia (Nueva Zelanda).- Desde el espacio, la NASA continúa desentrañando los misterios del clima terrestre con la ayuda de tecnologías avanzadas .
La reciente misión PREFIRE, lanzada desde Nueva Zelanda, incluye dos satélites del tamaño de una caja de zapatos conocidos como CubeSats. Estos dispositivos están diseñados para observar cómo el calentamiento global está afectando las regiones polares y, por ende, el clima global.
La misión PREFIRE (Experimento de Energía Radiante Polar en el Infrarrojo Lejano) lanzó su segundo satélite el 4 de junio, siguiendo al primero que se puso en órbita el 25 de mayo. Estos satélites jugarán un papel crucial en la medición de la radiación infrarroja lejana emitida por las regiones polares, una información clave para entender el equilibrio térmico de la Tierra.
Amanda Whitehurst, ejecutiva del programa PREFIRE en la sede de la NASA en Washington, resaltó la importancia de esta misión.
«Al clarificar el papel de las regiones polares en la regulación del presupuesto energético de nuestro planeta, PREFIRE ayudará a mejorar los modelos climáticos y de hielo», dijo Whitehurst.
«Estos modelos beneficiarán a la humanidad al darnos una mejor comprensión de cómo nuestro clima y patrones meteorológicos cambiarán en los próximos años».
La función de estos CubeSats es esencialmente actuar como observadores celestiales que miden cómo el calor del sol es absorbido y posteriormente radiado de vuelta al espacio. Este proceso es vital para comprender cómo el calentamiento global afecta a los polos.
El Ártico y la Antártida, por ejemplo, funcionan como radiadores gigantes que devuelven al espacio gran parte del calor absorbido en los trópicos.
Brian Drouin, investigador principal adjunto de PREFIRE en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, explicó la relevancia de estas mediciones.
«El cambio climático está remodelando nuestro ambiente de tal manera que debemos estar preparados. Las nuevas mediciones de las longitudes de onda del infrarrojo lejano que se emiten desde los polos nos permitirán mejorar los modelos climáticos y meteorológicos», dijo Drouin.
«Esto es crucial para ayudar a las personas en todo el mundo a afrontar las consecuencias del cambio climático».
Cada uno de estos CubeSats lleva a bordo un espectrómetro infrarrojo térmico, una herramienta que, a pesar de su reducido tamaño, ofrece mediciones precisas de las longitudes de onda infrarrojas. Esta miniaturización no solo es un logro técnico, sino también un ejemplo de cómo la innovación en el espacio puede contribuir a soluciones en la Tierra.
«Equipados con sensores infrarrojos avanzados, más sensibles que cualquier instrumento similar, los CubeSats PREFIRE nos ayudarán a comprender mejor las regiones polares y a mejorar nuestros modelos climáticos», dijo Laurie Leshin, directora del JPL, sobre el potencial de estos satélites.
»Sus observaciones conducirán a predicciones más precisas sobre el aumento del nivel del mar, los patrones climáticos y los cambios en la capa de nieve y hielo».
El lanzamiento de estos CubeSats forma parte del Programa de Servicios de Lanzamiento de la NASA, que busca expandir las capacidades de observación de la Tierra desde el espacio en colaboración con entidades como la Universidad de Wisconsin-Madison y Blue Canyon Technologies.
Estas misiones no solo proporcionan datos críticos para los científicos, sino que también demuestran el compromiso continuo de la NASA con la exploración y el entendimiento de nuestro planeta en un momento en que el cambio climático se convierte en una creciente preocupación global.