Managua (AFP) – Miles de nicaragüenses participaron este domingo en la «marcha de los globos» para exigir la liberación de «los presos políticos» y la salida del gobierno de Daniel Ortega, quien es asediado desde abril por protestas que han sido reprimidas con violencia y dejado más de 320 muertos.
Convocada por los padres de cientos de manifestantes que están presos por participar en las protestas, la marcha partió de una céntrica rotonda de Managua en medio de una fuerte presencia de la policía en la zona y otros puntos de la ciudad.
«No tenemos miedo, queremos la libertad de los presos políticos y elecciones anticipadas», dijo a la AFP la manifestante María José, de 57 años.
Los opositores avanzaron por las calles levantando globos azules y blancos, el color de la bandera nacional, en los que escribieron su malestar contra el gobierno.
«¡Libertad el pueblo unido jamás será vencido!» coreó la multitud que recorrió varios kilómetros del este de Managua, donde la gente salió entusiasmada a saludarlos.
Cuando la marcha pasaba frente a las casas, muchos pobladores se aproximaron para donar unos centavos a los jóvenes que recolectaban ayuda para los detenidos.
La manifestación, en la que participaron jóvenes, adultos, mujeres, niños y ancianos, se extendió unos kilómetros más de lo previsto debido a la acogida que recibió en los barrios visitados.
«El gobierno nos hace tantas cosas malas que ya hemos perdido el miedo, nos indigna tanta injusticia», dijo a la AFP Alba Jarquín, quien desfiló con su bebé en un carrito adornado con la bandera nicaragüense.
«¡Que se vaya Daniel!, exclamó por su parte César, quien pese a que renqueaba mucho al caminar dijo que no dejará de protestar hasta que «se vaya el tirano».
Los manifestantes acusan a Ortega, un exguerrillero de 72 años y 11 años en el poder, de instaurar junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, una dictadura marcada por el nepotismo y la corrupción.
Las protestas iniciaron el 18 de abril contra una fallida reforma al sistema de pensiones, que luego se convirtió en una demanda de salida del presidente, debido al malestar que causó la violenta represión del gobierno contra los manifestantes.
Pese a la represión, los opositores continúan saliendo a las calles bajo riesgo de ser apresados e incriminados como «terroristas» como a varios de los más de 300 nicaragüenses actualmente presos, según grupos humanitarios.
El gobierno por su lado acusa a los manifestantes de «golpistas» y les atribuye la muerte de 198 personas en las protestas, por las que dijo, responderán ante la justicia.
La protesta opositora de este domingo se realizó un día después de que miles de seguidores del gobierno marcharon en la capital para apoyar al gobierno Ortega, quien ha descartado adelantar las elecciones del 2021 al 2019 como piden los opositores.