Escuinapa (México) (AFP) – Más de 4.200 personas, entre habitantes y algunos turistas en el Pacífico mexicano, esperaban el martes en refugios anticiclónicos el embate del poderoso huracán Willa, categoría 3 de la escala Saffir-Simpson, que tocará tierra entre los estados de Sinaloa y Nayarit (noroeste) al final de la tarde.
Según el boletín de las 18H00 GMT del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, con sede en Miami, el centro de Willa se localizaba a 40 km de las Islas Marías con vientos sostenidos de 195 km/h y se desplazaba a 9 km/h por hora.
«Se han realizado acciones de evacuación preventiva en las zonas de alto riesgo y en los destinos turísticos. Se ha evacuado a más de 4.250 personas ubicadas ya en 58 refugios temporales», dijo en rueda de prensa el jefe de Protección Civil de la secretaria de Gobernación (Interior), Luis Felipe Puente.
El cuerpo del fenómeno, añadió, ya se encuentra sobre las Islas Marías, una cárcel sin muros pero rodeada de tiburones donde se alojan, según la prensa mexicana, unos 1.000 reos, algunos con familiares. «Hasta el momento no tenemos reporte de afectaciones», aseguró el funcionario.
Según los pronósticos meteorológicos, Willa tocaría tierra hacia las 00h00 GMT del miércoles entre el norte de Nayarit y el Sur de Sinaloa.
La cancillería, añadió Puente, ha entrado en contacto con gobiernos de otros países para que informen a sus ciudadanos que visitan el Pacífico que atiendan las recomendaciones de Protección Civil.
–«Que sea rápido»–
Escuinapa, en Sinaloa y con unos 30.000 habitantes, es uno de los potenciales puntos de paso de Willa, que según la Comisión Nacional del Agua mexicana llegará a tierra «en el margen de la categoría 2 y 3».
La localidad está dominada por viviendas erigidas con materiales firmes, pero cuyas ventanas se observaban ya protegidas con maderas y cintas cruzadas, constató un equipo de la AFP.
En un refugio anticiclónico de la comunidad han sido albergadas unas 2.500 personas, la mayoría de pequeñas comunidades cercanas dedicadas a la pesca y donde las viviendas son de materiales frágiles.
«Por lo pronto nos atienden bien, quien sabe después quizá escasee el alimento, ojalá esto sea rápido ya para volver a la casa», dice Epigmenio Cárdenas, un agricultor de 44 años que llegó al albergue.
A él, como a muchos otros pobladores, les preocupa haber abandonado sus escasas pertenencias. «Uno se siente mal de dejar todo pero uno no puede hacer nada contra la naturaleza», agrega con una de sus nietas en brazos.
Sinaloa es considerado uno de los estados más peligrosos de México por la presencia de cárteles de las drogas.
Ante la cercanía del fenómeno, han sido desplegadas tropas del Ejército mexicano para poner en marcha un operativo de auxilio a la población en caso de desastre.
«Nos decían que venía fuerte el fenómeno que teníamos que venir aquí», señala María Virginia Cárdenas, una cocinera de 59 años. «Dios quiera que no nos falte nada, que así como salimos regresemos para allá».
–Mazatlán se prepara–
A unos 100 km al norte se localiza el puerto de Mazatlán, popular destino turístico con unos 500.000 habitantes y donde los enormes hoteles que se erigen sobre la playa eran protegidos por trabajadores mientras el viento agitaba violentamente el mar y las palmeras.
«Vamos a esperar refugiados en casa, va a llover, se inunda todo. Hay que estar prevenidos, es un sistema meteorológico que puede afectar a toda la costa», declaró a la AFP Alberto Ramos, un capitán de barco de 51 años que vive con su familia en Mazatlán.
Nayarit y Sinaloa han sido declarados en alerta roja por la llegada de Willa y están en naranja otros distritos costeros del Pacífico, donde se localizan varios destinos turísticos que están en 40% de su capacidad, según Gobernación.
Willa interactúa además con la depresión tropical Vicente, que se localiza en la porción centro-sur del Pacífico mexicano.
En septiembre, amplias zonas del Pacífico mexicano fueron afectadas por intensas lluvias que dejaron al menos 15 muertos.
A ese saldo se sumaron la semana pasada otras 11 víctimas -entre ellas, siete menores- por inundaciones en Oaxaca, en la costa del Pacífico sur.