Bogotá (AFP) – Bajo la consigna «defendamos la paz», miles de personas exigieron este viernes el cese de asesinatos de activistas sociales en Colombia, que ascienden a casi medio millar desde la firma del histórico pacto de paz con la guerrilla de las FARC.
En las principales ciudades del país, los manifestantes denunciaron la campaña de terror contra los defensores de derechos humanos que ha dejado 462 muertos desde 2016, según la Defensoría del Pueblo (Ombudsman).
«Los que defendemos la vida somos más (…) nos matarán pero nacerán semillas de vida y de dignidad», dijo a la AFP Luis Acosta, guardia indígena del departamento del Cauca (suroeste) mientras caminaba hacia la Plaza de Bolívar de Bogotá.
Con una capacidad para cerca de 50.000 personas, la plaza principal de la capital y corazón político del país se abarrotó de manifestantes.
En silencio, la profesora Alejandra Soriano, de 27 años, levantaba un cartel que rezaba «si el rojo es la sangre que nos dio la libertad, ya estamos listos para ser libres. Ni una gota más».
En Cartagena, el presidente Iván Duque se unió a la protesta y fue abucheado por un grupo de manifestantes, según videos publicados en redes sociales.
«Hoy nos unimos todos en la lucha contra la violencia, en la lucha contra el narcotráfico, que ha sido uno de los combustibles de los grupos armados organizados que han atentado contra los líderes sociales en el país», declaró más temprano el mandatario.
La convocatoria estuvo motivada por el asesinato de la activista María del Pilar Hurtado en el norte del país a mediados de junio. Un video de su hijo llorando desconsolado frente al cadáver de su madre conmocionó a Colombia.
– Excombatientes de las FARC –
Entre los manifestantes, se ondeaban banderas del ahora partido FARC, surgido del acuerdo de paz que puso fin a la lucha armada con la entonces guerrilla comunista.
El partido de izquierda ha denunciado con insistencia la falta de garantías de seguridad para sus integrantes tras la firma del pacto que condujo al desarme de unos 7.000 combatientes bajo la supervisión de la ONU.
Según la Fuerza Alternativa del Común (FARC), 140 exguerrilleros y 31 familiares han muerto violentamente en ese lapso.
La fiscalía ha señalado como principales responsables a grupos armados del narcotráfico, el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista) y a la fuerza pública.
Pese al pacto de paz entre el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y la exguerrilla FARC en 2016, Colombia aún vive un conflicto armado que enfrenta a guerrillas, paramilitares, narcos y agentes estatales.
Duque asumió el poder el 7 de agosto con la promesa de modificar lo acordado por su antecesor y la que fuera la guerrilla más poderosa de América, por considerarlo indulgente con los rebeldes acusados de delitos graves.