Huixtla (México) (AFP) – Cientos de los miles de migrantes irregulares, sobre todo venezolanos, que recorren México en una caravana con la intención de llegar a Estados Unidos, empezaron a recibir salvoconductos el miércoles de las autoridades, y se aprestan a continuar su avance hacia el norte al amanecer del jueves.
La entrega de documentos «no significa que se va a detener la caravana, este éxodo es por la paz», afirmó el activista Luis García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana, quien acompaña la movilización, acampada en la comunidad de Huixtla (estado de Chiapas, sur).
«Saldremos caminando (…) mañana jueves a las 6 horas (11H00 GMT)», agregó.
Los migrantes, mayoritariamente venezolanos, muchos con familias completas, insisten en llegar a suelo estadounidense, pero estos permisos les aseguran poder permanecer en México por 30 días sin temor a ser deportados.
Un improvisado campamento en unas canchas de baloncesto en Huixtla es su primera escala tras 40 km de recorrido desde Tapachula (fronteriza con Guatemala), de donde salieron el pasado lunes.
Esa ciudad al sur de México se ha convertido en un cuello de botella para las decenas de miles de indocumentados que ingresan desde Centroamérica, pues el Instituto Nacional de Migración (INM) se ha visto rebasado para entregarles visas temporales.
«Si se hubieran quedado en Tapachula estuvieran varados sin ser atendidos y aquí en un día ya fueron atendidos», aseveró García.
Un grupo de mujeres, niños y discapacitados permanecerá en Huixtla esperando que el INM les entregue los salvoconductos, detalló García.
Heidi Mardem, venezolana de 36 años, luce agotada y se queja de que «le ha tocado mucha lluvia». Está embarazada y dice que no tiene dinero.
«Lo que queremos es nuestra visa para irnos y si no nos dan visa entonces que nos den un papel que nos garantice (…) que no nos van a deportar», dice a la AFP.
Hasta el mediodía del miércoles, más de 650 migrantes habían recibido el documento, indicó una fuente del INM.
Otros cientos se arremolinaron en la oficina de migración de Cerro Gordo, cerca de Huixtla, esperando ser atendidos, pero el tumulto colapsó la instalación.
En agenda de la Cumbre –
La multitud, que avanza con sus escasas pertenencias a cuestas huyendo de la pobreza y la violencia en sus países, se moviliza en momentos en que la ciudad estadounidense de Los Ángeles acoge la Cumbre de Las Américas, que tiene entre su agenda el problema migratorio.
Interrogado este miércoles sobre los cerca de 30.000 militares y guardias nacionales que según oenegés y fuentes oficiales están desplegados en las fronteras norte y sur para controlar los flujos migratorios, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo que es «normal» y que «no hay un plan especial» en estos momentos.
López Obrador agregó que se reunirá con su canciller Marcelo Ebrard, luego de que regrese de la cumbre «para analizar el asunto migratorio».
El mandatario de izquierda declinó participar en la cita regional en rechazo a la exclusión de los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela y en cambio envió a su máximo diplomático.
En un nuevo intento por frenar la migración irregular, Estados Unidos anunció el martes nuevos compromisos de inversión privada por casi 2.000 millones de dólares en Centroamérica.
Hasta en muletas –
En la caravana viajan unas 11.000 personas, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (ombudsman). Entre ellas destaca un grupo de unos 70 discapacitados.
Apoyado en muletas tras perder una pierna en un accidente de tránsito, el venezolano Julio Andrade, de 43 años, sueña con llegar a Estados Unidos.
«Por un futuro mejor, porque la situación en mi país está muy fea, no hay empleo, seguridad ni medicinas. Tengo mucha fuerza para seguir porque la discapacidad no impide nada. Todo está en la mente», aseguró a la AFP.
Los venezolanos marcan el ritmo, a veces entonando su himno nacional.
Viajan esperando recibir un trato especial de Estados Unidos, que desconoce la presidencia de Nicolás Maduro, aunque algunas medidas que ha anunciado Washington solo benefician a quienes ya se encuentran en territorio estadounidense.
Según la agencia de la ONU para los refugiados, más de seis millones de venezolanos han salido de su país, sumido en una profunda crisis económica y política.
Las caravanas de migrantes que recorrieron México en 2018 y 2019 provocaron fuertes tensiones con Estados Unidos, entonces gobernado por el republicano Donald Trump.
Desde entonces, México ha reforzado sus controles en la frontera sur y en 2021 fueron detenidos 307.679 migrantes.
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