Montreal (Canadá).- En un acto significativo para la preservación del patrimonio cultural mexicano, el Gobierno de México, a través de su Consulado General en Montreal, recibió 257 piezas arqueológicas que fueron entregadas voluntariamente por Susana Zarco Carón, una ciudadana mexicana residente en Canadá desde 1968.
Este acontecimiento representa un triunfo notable en los esfuerzos por recuperar valiosos artefactos históricos dispersos globalmente.
Durante la ceremonia de restitución, el cónsul general de México en Montreal, Víctor Treviño Escudero, expresó su gratitud hacia la señora Zarco Carón por su decisión consciente de devolver estos importantes elementos del patrimonio mexicano a su país de origen.
Este gesto subraya la creciente conciencia y responsabilidad individual hacia la conservación de bienes culturales a nivel internacional.
Un análisis realizado por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), perteneciente a la Secretaría de Cultura federal, confirmó que las piezas son auténticos monumentos arqueológicos de propiedad nacional, tal como lo estipula la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de México.
De las piezas recuperadas, 256 son monumentos arqueológicos muebles que datan desde el periodo Clásico (200-900 d. C.) hasta el Posclásico (1200-1521 d. C.), abarcando diversas civilizaciones mesoamericanas. La pieza restante posee carácter histórico.
Estas piezas se suman a las más de 13,500 que han sido recuperadas anteriormente, como parte de la estrategia gubernamental #MiPatrimonioNoSeVende, que refleja el compromiso de México para resguardar y difundir su patrimonio cultural que ha sido expoliado de manera ilícita.
La política proactiva del país incluye una serie de acciones y estrategias jurídicas que han permitido importantes logros en la restitución de patrimonio cultural ubicado fuera de sus fronteras.
México, conocido mundialmente por su rica historia y contribuciones significativas a la civilización, sigue enfrentando el desafío de proteger sus recursos culturales contra el tráfico ilegal y la venta no autorizada de artefactos históricos.
Esta restitución no sólo subraya la importancia de la cooperación internacional en estos esfuerzos, sino también demuestra el papel vital de los individuos en la protección del patrimonio cultural global.
A medida que estas piezas arqueológicas regresan a suelo mexicano, se planea su inclusión en exhibiciones futuras y programas educativos que permitan a los ciudadanos y visitantes apreciar de cerca el legado de las civilizaciones que alguna vez florecieron en lo que hoy es México.
Estos esfuerzos no solo enriquecen el conocimiento y aprecio por la historia y la cultura mexicanas, sino que también fomentan un sentimiento de identidad y pertenencia entre las generaciones presentes y futuras.
El evento en Montreal es un recordatorio poderoso de que cada pieza del patrimonio cultural regresada a su lugar de origen es un testimonio del respeto y la valoración por la historia y las culturas que conforman nuestra identidad colectiva global.