México (AFP) – La fiscalía de México investiga varias hipótesis sobre las causas de la explosión de un ducto durante una toma ilegal de combustible en el centro del país, incluyendo una eventual negligencia por parte de autoridades en el incidente, que dejó 91 muertos.
La oficina del fiscal general Alejandro Gertz busca determinar si la perforación y explosión del ducto fue obra de una organización criminal o si corresponde a personas que actuaron de manera individual, dijeron sus funcionarios este lunes en una conferencia de prensa.
Gertz indicó que la hipótesis de una posible negligencia de las autoridades responsables del ducto «es un tema fundamental».
«La cronología de los hechos tiene que quedar absolutamente clara y precisa, para eso vamos a llamar a todas las autoridades que intervinieron para que declaren en la averiguación (…) para que tengamos perfectamente claro qué fue lo que pasó», afirmó.
El fiscal general precisó que las declaraciones se llevarían a cabo esta semana e incluirían a funcionarios de la secretaría de Defensa Nacional, la policía, la petrolera estatal Pemex, el gobierno y el ministerio público del estado de Hidalgo, donde se produjo el siniestro.
– Todas las líneas de investigación –
La tarde del viernes, el ducto fue perforado provocando un potente chorro de gasolina que atrajo a unos 700 pobladores de la localidad de Tlahuelilpan, incluyendo familias enteras, que con baldes y bidones recolectaban la gasolina cuando los sorprendió la explosión.
El domingo, el gobierno presentó una cronología de la tragedia que mostró que pasaron casi cuatro horas desde que se detectó la toma clandestina del ducto hasta que se suspendió el bombeo de combustible.
El fiscal afirmó además que los asesinatos durante enero de tres cabecillas dedicados al robo de combustible en Hidalgo no se pueden desechar dentro de la investigación de la tragedia.
«Todas las líneas que conducen al conocimiento de lo que allí ocurrió son parte» de la investigación, agregó Gertz.
El gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, actualizó la cifra de fallecidos a 91, tras la muerte este lunes de dos personas que estaban hospitalizadas.
«Tenemos, desgraciadamente, (…) 52 heridos quemados y la gran mayoría de ellos están muy graves, con muy malas expectativas», agregó Fayad, en declaraciones a la radioemisora Grupo Fórmula.
A unos kilómetros del sitio de la explosión, este lunes se localizó otra fuga de gasolina por una toma clandestina, aunque de dimensiones mucho menores a la del viernes. La zona ya fue acordonada por militares y policías.
«Está a minutos de ser controlada (…) Ahí no hay gente, no fue nadie», dijo Fayad, señalando que la tragedia que sobrevino a la explosión del viernes pudo servir de «lección» sobre el riesgo del robo de combustible.
– Largo proceso de identificación –
En Tlahuelilpan, en tanto, se suceden desde el domingo los funerales de algunos de los fallecidos mientras otras familias siguen buscando a sus seres queridos en distintos hospitales o esperan resultados de pruebas genéticas para determinar las identidades.
El gobierno estatal dijo el domingo que el proceso de identificación de los cuerpos puede llevar días, semanas o meses.
El desastre ocurrió en momentos en que el gobierno del izquierdista Andrés Manuel López Obrador aplica una estrategia para combatir el robo y tráfico de combustible, conocido popularmente como «huachicoleo», delito que genera al Estado pérdidas anuales por unos 3.000 millones de dólares, según datos oficiales.
En tanto, los gobiernos de Estados Unidos y Canadá expresaron sus condolencias a los deudos durante el fin de semana y ofrecieron ayuda a México para afrontar la tragedia.