Santiago (AFP) – Miles de personas, muchas de ellas con pañuelos verdes en el cuello, marcharon este miércoles en Santiago en demanda de la implementación del aborto libre en Chile y declararon insuficiente la ley actual que sólo lo permite a nivel terapéutico.
Soportando la fría noche del invierno austral, largas filas de personas munidas de pancartas, lienzos y marchando al ritmo de tambores y trompetas por la avenida Alameda, la principal arteria capitalina, exigieron que se implemente el aborto total en Chile, y que las mujeres tengan derecho a decidir de forma segura y gratuita la interrupción del embarazo.
«El aborto libre es un derecho humano básico. Esta marcha es necesaria para lograr lo que siempre hemos deseado, nos da más fuerza en el camino hacia la libertad», dijo a la AFP, Isidora, una estudiante de 19 años que participó en la marcha.
La dictadura del difunto militar Augusto Pinochet (1973-1990) penalizó el aborto en todas sus formas en 1989, y así se mantuvo por 26 años, hasta que la entonces presidenta y pediatra Michelle Bachelet, envió un proyecto de ley para despenalizar el aborto con tres causales: riesgo de vida para la madre, inviabilidad del feto y violación.
En 2017, la norma fue aprobada por el Congreso y luego que el Tribunal Constitucional rechazara impugnaciones presentadas por partidos conservadores de derecha, la ley del aborto terapéutico fue promulgada en septiembre pasado. Esto excluyó a Chile de la lista de 18 países en el mundo que prohíben cualquier tipo de aborto.
Pero para los movimientos proabortistas y las decenas de miles de manifestantes no ha sido suficiente.
«Las tres causales solo cubren el 3% de todos los casos de aborto en Chile y hay un 97% de mujeres que abortan en clandestinidad y bajo riesgo, y eso no lo podemos permitir», afirmó Macarena Castañeda, vocera de la coordinadora feminista en lucha, uno de los movimientos que convocó a esta manifestación.
Los manifestantes -mujeres, hombres y niños- portaron lienzos y afiches con leyendas como «abortar al sistema patriarcal, que la iglesia ni el estado decidan por nosotras», y gritos como «aborto legal para no morir» la marcha por el aborto, la sexta que se realiza desde 2013, se desarrolló de forma pacífica y bajo un estricto control policial.
En otras ciudades chilenas otras miles de personas también se manifestaron en favor del aborto libre.
– Pañuelos verdes –
La protesta chilena tuvo la particularidad de que muchos de los manifestantes portaron pañuelos verdes en el cuello replicando lo ocurrido en marchas en Argentina en julio pasado, un símbolo que se transformó en la identidad de las luchas feministas por el derecho al aborto en ese país.
«Argentina ha abierto el debate, (el aborto) ahora es un tema de salud pública», manifestó Francisca, una historiadora de 29 años.
Mujeres y hombres portaban este pañuelo con la escritura «aborto, libre, seguro y gratuito» un emblema que si bien nació en Argentina en medio del debate en el Congreso de ese país vecino por la despenalización del aborto, tuvo un impacto en Chile y toda la región reavivando la discusión del aborto en casi toda Latinoamérica.
«Es importante que demos una señal que como continente las mujeres estamos unidas. Y eso es un poco lo que quisimos representar, por eso seguimos a nuestras compañeras argentinas que llenaron las calles de verde y le demostraron al país que son muchas y que quieren hacerse oír», manifestó Alejandra Valle, una manifestante.
El debate sobre el aborto en Chile se trasladó a un reglamento que aborda la objeción de conciencia que permite a hospitales y médicos negarse a realizarlo.
La Contraloría zanjó la polémica tras establecer que todos los recintos médicos privados que tengan convenios por prestaciones médicas con el estado, no se pueden negar a realizar un aborto.
En Chile se registran anualmente unos 30.000 abortos provocados o espontáneos, según datos oficiales.