Más de 100 personas fallecieron bajo la Ley de Opción de Muerte Asistida (EOLA) durante el 2016, de acuerdo con el informe anual publicado este martes por el Departamento de Salud Pública de California (CDPH).

La ley entró en vigencia el 9 de junio de 2016 y permite a los adultos de California con enfermedades terminales obtener y tomar drogas que los ayuden a acelerar su muerte, siempre y cuando califiquen bajo los lineamientos de la legislación. California es el quinto estado en aprobar este tipo de ley.

De acuerdo con el informe parcial publicado por el CDPH, en el periodo transcurrido entre el 9 de junio y 31 de diciembre de 2016, 191 personas recibieron autorización para este tipo de drogas bajo los requisitos exigidos por EOLA.

De los 191 pacientes, 111 de ellos  fallecieron poco después de tomarlas. El 87.4 de por ciento tenían más de 60 años, el 96.4 por ciento no tenían seguro médico y el 83.8 por ciento se encontraban en hospicios o bajo cuidado paliativo.  

El informe del CDPH destaca que el 54.1 por ciento de los pacientes fallecidos fueron mujeres, y el 2.6 eran de origen latino. Con relación a la enfermedad terminal, el 58.6 por ciento padecía de neoplasmas malignos (cáncer) mientras que el 18 por ciento sufría de desórdenes neuromusculares (Parkinson y Esclerosis Lateral Amiotrófica).

Para calificar para la muerte asistida bajo EOLA, el paciente debe ser un residente de California mayor de 18 años y tener un diagnóstico de una enfermedad incurable e irreversible que le podría ocasionar la muerte en un periodo de seis meses.  

El médico debe certificar que el paciente es capaz de tomar decisiones por sí mismo y que está solicitando la prescripción de la droga en forma voluntaria. Debe también ser capaz de ingerirla sin ayuda.

La solicitud solo puede hacerla el paciente al médico que lo atiende. Antes de tomar la droga, debe firmar una forma que confirma que lo está haciendo en forma voluntaria, que no tiene obligación de tomarlo y que puede rescindir la solicitud en cualquier momento.