Madrid (España).- En un evento que marca un hito en el mundo literario y periodístico, Martín Caparrós depositó este lunes su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, consolidando su influencia y presencia en la literatura hispana contemporánea.
El escritor y periodista argentino eligió el cajetín número 959 para albergar objetos personales que simbolizan su prolífica carrera, entre ellos doce libretas con apuntes esenciales de su reconocida obra «Ñamérica», un disco duro con material multimedia de su proceso creativo, y varias ediciones de sus libros, incluyendo una conmemorativa.
El acto contó con la presencia de figuras destacadas como Luis García Montero, director del Instituto, y Sergio Ramírez, escritor nicaragüense y premio Cervantes, subrayando la importancia del evento en el calendario cultural de Madrid y del festival Centroamérica Cuenta.
La ceremonia, además de celebrar la carrera de Caparrós, se convirtió en un foro de discusión sobre los retos actuales del periodismo y la literatura en el contexto global, especialmente en temas de justicia social y ambiental.
Caparrós, nacido en Buenos Aires en 1957, ha sido una figura central en la transformación del reportaje y la crónica en lengua española, abordando con un estilo literario distintivo una variedad de temas que van desde la pobreza y el hambre hasta la tecnología y la represión política.
Sus obras no solo narran eventos sino que exploran profundamente las condiciones humanas y sociales que los rodean, una habilidad que le ha valido múltiples reconocimientos internacionales, como el Premio Internacional de Periodismo Rey de España y el Premio Herralde de Novela.
«Ñamérica», la obra cuyas notas ahora reposan en la Caja de las Letras, es una crónica monumental que describe la vida en el continente americano, alejándose de los clichés para presentar una visión más auténtica y cruda de sus países y gentes.
Este libro es el resultado de un extenso trabajo de campo, que incluyó viajes por veinte países y entrevistas con cientos de personas, reflejando las preocupaciones y esperanzas de más de 400 millones de hablantes de español.
El legado de Caparrós no solo comprende sus notas de trabajo o las grabaciones de sus entrevistas, sino también momentos más personales y reflexiones espontáneas, como él mismo comentó durante la ceremonia.
«En estas libretas hay de todo, desde apuntes hasta pensamientos que surgieron en el camino y que quizá nunca fueron parte del plan original de mis libros».
Este gesto de Caparrós no solo enriquece el patrimonio cultural del Instituto Cervantes sino que también ofrece una fuente invaluable de aprendizaje e inspiración para futuras generaciones de escritores y periodistas que buscan entender y representar la realidad con rigor y creatividad.
La decisión de situar su legado junto al de otros ilustres literatos como Miguel Hernández, cuya presencia mencionó conmovido, simboliza el diálogo continuo entre las voces del pasado y del presente en la literatura española.
Con este acto, el Instituto Cervantes no solo reconoce la trayectoria de un escritor excepcional, sino que también se afianza como un espacio vital para la conservación y la celebración de la literatura en español, en un mundo que, como destacó García Montero, «necesita de la literatura para enfrentar sus más grandes desafíos, como el cambio climático y las desigualdades sociales».
Este legado, ya asegurado en la historia cultural de España y Latinoamérica, continúa la conversación literaria y periodística que Caparrós ha llevado a cabo a lo largo de su carrera, ofreciendo nuevas perspectivas y desafíos a quienes siguen sus pasos.