Washington (AFP) – Cientos de manifestantes de la marcha «Las manos fuera de Venezuela» denunciaron este sábado frente a la Casa Blanca la injerencia de Estados Unidos en la crisis que vive el país, mientras a pocos pasos otra convocatoria protestó contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Medea Benjamin, una conocida activista de la asociación Code Pink, fue una de las convocantes de la movilización «Las manos fuera de Venezuela» en Washington.
«No es nuestro asunto, es un tema del pueblo venezolano y deberíamos apoyar negociaciones y no una guerra e intervenciones», explicó a la AFP Benjamin, que asistió con un vestido rosa con un símbolo de la paz bordado.
Medea reconoció las denuncias de violaciones a los derechos humanos contra el gobierno de Maduro. «No estoy tratando de defender al gobierno de Maduro (…) No usen a Estados Unidos para algo que es una lucha interna», pidió.
En un momento en que Estados Unidos apoya con ahínco al líder opositor venezolano Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países, muchos asistentes criticaron las sanciones impuestas por Washington al crudo venezolano.
«No a las sanciones, detengan la guerra económica contra Venezuela», rezaban algunas de las pancartas de los cerca de 400 asistentes, según los organizadores.
«Yo soy madurista y soy chavista también. Es un gobierno al cual le han puesto muchas barreras, no lo han dejado gobernar», dijo a la AFP Elearzar, un estadounidense de padres venezolanos, de 27 años.
A unos pasos, otra manifestación organizada por la plataforma Visión Democrática denunció que la crisis que vive Venezuela, con apagones y escasez de alimentos, es responsabilidad de Maduro, cuyo segundo mandato no es reconocido por muchos países por las denuncias de fraude en las elecciones.
Unas 200 personas vestidas con la bandera venezolana como capa, con gorros de lana delicadamente tejidos para representar el emblema amarillo, rojo y azul, portaban pancartas de «Maduro = dictador» y signos con el perfil del mandatario bajo un signo de prohibido con las letras «usurpador».
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, participó brevemente para saludar a los participantes.
Gustavo Tarre, que fue nombrado por Juan Guaidó como delegado para la OEA, un abogado constitucionalista habitualmente vestido con mucha formalidad, asistió luciendo la gorra con la bandera venezolana.
«Hay unos pequeños grupúsculos que se ven aquí en Washington con unas ‘pancarticas’, todas iguales, llegan en autobuses, posiblemente reciban alguna recompensa», afirmó. «Unas cuadras más allá es una manifestación de gringos condenando la injerencia internacional».
Algunos participantes de la manifestación contra Maduro intentaron increpar a los manifestantes contrarios a la injerencia estadounidense, gritándoles «soy venezolano, pregúntame a mí», sin que se registraran disturbios.
Nillie B. Izarza, una informática venezolana residente en Estados Unidos, contó que acudió a la convocatoria para aprender de ambos lados. «No creo que la polarización política nos vaya a llevar a ningún lado. Yo vengo de un país muy polarizado y mi país fue destruido por esta polatización», concluyó.
En Los Ángeles, venezolanos a favor de Juan Guaidó, se reunieron en Pershing Square para manifestar su deseo de un cambio en la situación de su país.
“Esos es un desastre. Eso no es para los seres humanos, ni siquiera para los animales”, dijo Marta León, quien no ha regresado a Venezuela desde el 2003. “Esperemos que haya cambios”.
Es algo que también desea Verushka Adrianzen ver en su país. La mayoría de su familia todavía esta en Venezuela y es a través de ellos que se mantiene al tanto de lo que sufren en el país.
“[Guaidó] es el cambio… en dos meses ha logrado lo que nunca se pudo lograr y ha podido imponer un nuevo gobierno, a través de la constitución”, dijo Adrianzen. “La constitución que cambio Chávez”, añadió la joven, haciendo énfasis en ese hecho.