Corentyne (Guyana).- En las proximidades de la costa de Corentyne, en la parte más oriental de Guyana, los lugareños crían el camarón endémico de agua salobre (Penaeus subtilis y Penaeus schmitt). El camarón prospera en estanques artificiales que contienen una mezcla de agua dulce del río Canje y otras vías de navegación interior y agua salada del océano Atlántico, lo que genera las condiciones salobres óptimas que contribuyen a su sabor y color sin igual.

Suedat Persaud es uno de los muchos que se vienen dedicando a la cría de este exclusivo camarón desde hace décadas. También es el fundador y secretario de Aquaculture Cooperative Society Ltd de la región de Berbice Oriental-Corentyne, que está integrada por acuicultores de agua salobre de la aldea de Fyrish.

Sus padres también eran criadores de peces que se especializaban en camarones, cangrejos, lisas y róbalos de agua salobre, que Suedat sigue criando.

«En la época de mis padres, aprendí distintos métodos de acuicultura, especialmente del camarón de agua salobre, algunos de los que sigo utilizando hoy en día. Después de que fallecieron, simplemente seguí sus pasos. Hoy tengo dos hijos que también participan en las operaciones de cría», dice.

Sin embargo, la cría de camarones de agua salobre no es lo que era.

Tradicionalmente, los criadores de camarones de agua salobre de la parte oriental de Guyana dependían de la entrada natural de agua de las mareas, pero los rendimientos han ido disminuyendo debido a las inundaciones y a los cambios en los patrones de los vientos. © FAO/Shara Seelall

«Hemos tenido muchas dificultades debido al cambio climático y a otros fenómenos meteorológicos a lo largo de las décadas», afirma y menciona las sequías de El Niño y las inundaciones de La Niña. «También hemos visto cambios en los patrones de los vientos que traen más agua dulce del río, que tiene menos salinidad, y eso afecta a la cantidad de larvas de camarón que nos llegan».

Tradicionalmente, los agricultores de Berbice oriental utilizaban un sistema de producción que requería poco o ningún pienso, pero que dependía de la entrada natural de agua de las mareas para llenar los estanques y traer larvas de camarón del medio natural. Este método exigía que con frecuencia se cambiara el agua y se excavaran nuevos estanques piscícolas para fomentar el crecimiento de las larvas de camarón. Aunque el enfoque tradicional puede ser de bajo costo, presenta importantes vulnerabilidades en cuanto a la uniformidad de los suministros, los cambios del medio ambiente y las enfermedades.

«Con el paso de los años, no estábamos produciendo lo suficiente. Había disminuido la fertilidad de la tierra, habían disminuido los rendimientos, había disminuido la producción y terminamos con camarones insuficientes. Necesitábamos un cambio», dice.

Para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento, el sector precisaba contar con sistemas de apoyo mejorados, como un acceso mejorado a capacitación, recursos y oportunidades de mercado, así como mejores prácticas de gestión que fomentaran la resiliencia.

En 2021, el Gobierno de Guyana puso en marcha un proyecto dirigido a mejorar los medios de vida, la seguridad alimentaria y las exportaciones de camarones. En enero de 2024, la inversión había ascendido a más de 1,5 millones de USD, y la producción había aumentado de 105 toneladas en 2020 a 958 toneladas en 2023.

La FAO y el Ministerio de Agricultura de Guyana capacitaron a los agricultores en un método que bombea agua del océano a los estanques. Con este sistema controlado y la introducción de pienso suplementario, aumentó la producción de camarones. Foto: Sr. Rabani Gajnabi.

Se recibió más apoyo gracias a la capacitación impartida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Departamento de Pesca del Ministerio de Agricultura de Guyana. Se presentó a los agricultores un método que sirve para aumentar la producción de camarones mediante la introducción de pienso suplementario en el que se emplea un sistema controlado que bombea agua del océano a los estanques.

Como parte del proyecto titulado «Desarrollo sostenible de cadenas de valor resilientes», la FAO y el Ministerio también introdujeron otras buenas prácticas acuícolas, como las de plantación y rehabilitación de manglares.

Suedat recuerda el día en que vio cómo se ponía en práctica parte de lo que estaba aprendiendo.«Fue cuando visité un pueblo con dos grandes pantanos en que los pescadores capturaban cangrejos cuando me di cuenta de que alrededor de las presas perimetrales había muchos manglares plantados para alimentar a los peces. Fue entonces cuando me di cuenta de lo mucho que los manglares aportaban en la creación de un lugar de alimentación y un hábitat y de lo buenos que eran sus rendimientos».

Aunque los costos iniciales y de funcionamiento del nuevo método eran más elevados, se convenció de que los posibles beneficios superaban los costos.

Pronto, Suedat y otros criadores de peces se dirigieron al Ministerio de Agricultura para solicitar apoyo en la plantación de manglares alrededor de sus estanques piscícolas. Por medio de la financiación de microcréditos otorgada por la FAO y la Universidad de las Indias Occidentales, el Instituto Nacional de Investigación y Extensión Agrícolas desarrolló un programa de capacitación en plantación y rehabilitación de manglares. A continuación, se llevó a cabo un proyecto piloto de rehabilitación de manglares basado en la comunidad para prestar apoyo al cultivo de camarones de agua salobre.

La FAO y el Ministerio de Agricultura de Guyana capacitaron a los agricultores en un método que bombea agua del océano a los estanques. Con este sistema controlado y la introducción de pienso suplementario, aumentó la producción de camarones. Foto: © FAO/Shara Seelall

La FAO proporcionó equipo agrícola, capacitación en manipulación después de la captura, almacenamiento en cámara frigorífica y saneamiento. También trabajó en las mejoras a la construcción de estanques para que las bombas pudieran llevar agua del océano.

Con la capacitación en buena administración de las explotaciones, inocuidad alimentaria y dirección de empresas, Suedat y los miembros de la cooperativa ven ahora un futuro más prometedor para el cultivo de camarones de agua salobre.

Al momento, el sistema de producción ha hecho que el rendimiento aumentara de alrededor de 35 000 kilos a unos 60 000 kilos por mes. El sector se ha vuelto más lucrativo porque los consumidores, especialmente de la diáspora guyanesa, están dispuestos a pagar un precio más alto por el producto. Los acuicultores también han comenzado a vender camarones de agua salobre en otras regiones de Guyana.

Al haber incrementado el rendimiento y haber reducido la presión sobre el medio ambiente, los criadores de camarones de agua salobre han revertido su situación ante el cambio climático y han asegurado sus medios de vida para el futuro.