Taboga (Panamá) (AFP) – Una mancha oleosa empaña desde el lunes el cálido turquesa de las aguas de Taboga, en Panamá, matando fauna y flora marina. El petróleo no se lleva con el turismo, dicen sus habitantes, mientras operarios limpian esta isla apetecida por visitantes extranjeros.
«No sabemos con exactitud de dónde viene [la sustancia], asumimos que es de una de las embarcaciones que se encontraba afuera de la isla Urabá, donde esta el faro, y bueno, lastimosamente sí era una cantidad considerable. Con la creciente del mar nos pudimos dar cuenta que era bastante y pues se dispersó en las playas principales de la isla», cuenta Magaly Ricord, alcaldesa del distrito de Taboga.
A Taboga se arriba en un ferry desde territorio continental en la bahía de Panamá, un trayecto que toma unos 20 minutos por el océano Pacífico.
Desde el agua, casi llegando al muelle, se aprecian las casas con paredes tan coloridas como las abundantes flores que crecen en esta isla de 5,9 km2 y de lomas cubiertas por vegetación.
Pero, en esta ocasión, una mancha brillante que golpea los arrecifes es lo primero que salta a la vista del visitante.
Varias personas cubiertas en trajes blancos protectores han cercado el área y se esfuerzan por limpiar. En algunos roqueríos se pueden ver aves marinas muertas, envueltas en el líquido oleoso.
«[El lunes] recibimos una rápida respuesta para la contención de este producto que lastimosamente no sabemos qué es, pero sí se ha estado recogiendo, se ha estado succionando con paños y también se va a usar un producto químico biodegradable posterior a que recojan con los paños», explicó la alcaldesa.
El hecho ha preocupado a los vecinos de Taboga, una isla con poco más de 1.000 habitantes, la mayoría de ellos dedicados al turismo. Esperan que la situación se resuelva en el corto plazo.
«Estos derrames han venido pasando, no es el primero. Nosotros como taboganos, yo como comerciante, nos sentimos muy afectados debido a que esta es una isla turística y obviamente la industria del petróleo no se lleva con el turismo», considera Oscar Hernández, de 66 años y propietario de un restaurante.
«La verdadera afectada para mí es la isla, es la isla, porque nos daña el ambiente ecológico marino, los pescadores, la fauna marina está totalmente dañada con esta derrame (…) y todavía siguen insistiendo en hacer trasiego de combustible tan cerca de la isla de Taboga», detalla.
-Investigaciones en marcha-
Hasta el jueves, el equipo técnico del Departamento de Prevención y Control de la Contaminación de la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) ya había avanzado en un 60% con las labores de limpieza.
La institución informó que se han inspeccionado cinco embarcaciones que se encontraban fondeadas en el área, y se han tomado muestras que luego serán cotejadas con el producto que fue derramado.
La ley prohíbe la descarga de hidrocarburos y otras sustancias contaminantes en las aguas navegables y el mar territorial, y las sanciones pueden llegar hasta 200 mil dólares, dependiendo de la magnitud.
Según la AMP, para proteger el refugio de vida silvestre y la actividad turística en Taboga se modificarán las cartas náuticas para prohibir el anclaje de embarcaciones cerca de las costas de la isla.
Para los trabajos de mitigación y limpieza se desplegaron casi 1.00 metros de barrera de contención con el fin de cercar el producto y colocar paños y rollos absorbentes.
Los operarios de la AMP continúan recogiendo el material derramado. También limpian algunas aves que han sobrevivido.
Angel Navarro, de 42 años, quien coordina los trabajos, sabe que es necesario acelerar la contención.
«Lo que estamos haciendo es tratando de resolver la situación que se está dando aquí, porque tanto como la fauna toda se ha afectado, hay unas aves que están muertas, contaminadas, así que tenemos que hacer [esta limpieza] lo más rápido posible para que todo quede en la normalidad», sostiene.