Caracas (AFP) – El mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, y el autoproclamado presidente interino, el jefe parlamentario opositor Juan Guaidó, intensifican este viernes su ofensiva por el poder, en medio de una movilización internacional en torno a la crisis del país petrolero.
Tras recibir la víspera el apoyo decisivo de la Fuerza Armada, Maduro se presentará este viernes ante la prensa hacia las 15H00 GMT para redoblar sus denuncias de que hay un golpe de Estado en marcha orquestado por Washington.
A la misma hora, en lo que sería su primera comparecencia pública tras su autojuramentación el miércoles, Guaidó tiene previsto encabezar un mitin en la Plaza Bolívar de Chacao (este), para convocar a acciones para el sábado y domingo.
«Vamos a seguir adelante para lograr el cese de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres», afirmó el jueves en entrevista con Univisión, llamando a los venezolanos a mantener las protestas, que dejan 26 muertes en disturbios y, según la ONU, más de 350 detenidos esta semana.
Guaidó se autoproclamó invocando el artículo 233 de la Constitución, que señala existe un vacío de poder con la renuncia, incapacidad mental, muerte del presidente o abandono del cargo, un punto polémico pues el Congreso ya lo declaró en 2017, aunque sus decisiones son consideras nulas por el tribunal de justicia.
«Hay peligros que se vienen por tener gobiernos paralelos», advirtió Michael Shifter, de Diálogo Interamericano.
– Diplomacia a prueba –
Como parte de su hoja de ruta, Guaidó no descartó incluir a Maduro en la amnistía que ofrece a militares y civiles que ayuden con una transición, pero matizó advirtiendo que habría que evaluarlo bien porque Maduro es -dijo- «lamentablemente un dictador».
«En los períodos de transición han pasado cosas similares (…), no podemos descartar ningún elemento. (…) Habría que revisarlo», dijo el jefe legislativo a Univisión.
Guaidó señaló que, además, por lo pronto un diálogo -al que han llamado México, Uruguay y la ONU- no está en el escenario porque no confía en el gobierno, pese a que Maduro acogió el jueves la iniciativa de estos países latinoamericanos.
El presidente parlamentario, de 35 años, dijo más bien trabajar para que llegue ayuda humanitaria al país y proteger los activos venezolanos en el exterior.
El Departamento de Estado estadounidense anunció que prepara una ayuda de 20 millones de dólares para entregar a Venezuela «en cuanto sea posible», en respuesta a una petición del Parlamento.
Washington pidió una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Venezuela el sábado, pero pujó sin éxito para que la Organización de Estados Americanos (OEA) reconociera a Guaidó en una sesión el jueves.
Tras autoproclamarse, Guaidó recibió primero el respaldo de Estados Unidos, seguido de Canadá y una decena de países latinoamericanos. Maduro obtuvo el apoyo de sus aliados Rusia, China, Turquía, Nicaragua, Bolivia y Cuba, mientras que México y Uruguay le mantuvieron el reconocimiento.
La Unión Europea (UE), que desconoció el segundo mandato de Maduro, pidió «elecciones libres» sin reconocer a Guaidó. Pero España y Alemania dijeron este viernes estar a favor de hacerlo si no hay comicios pronto. Francia expresó apoyo al opositor pero le llama jefe parlamentario.
«Es una prueba de la diplomacia de cada país en un mundo que muestra una fragmentación creciente en muchos temas», aseguró a AFP el analista Paul Hare, profesor de la Universidad de Boston.
Medio centenar de países consideran «ilegítimo» el segundo mandato que inició Maduro el 10 de enero, por estimar que su reelección, en comicios boicoteados por la oposición, fue fraudulenta.
– Agitación política y económica –
En respuesta al decidido apoyo de Estados Unidos a Guaidó, Maduro rompió relaciones y dio 72 horas a los diplomáticos para dejar el país, pero Washington no reconoció esa decisión y amenazó con tomar medidas si su personal es puesto en «peligro».
El jueves, Estados Unidos le ordenó al personal diplomático «no esencial» que abandone Venezuela. «Si queda algo de sensatez y racionalidad le digo al Departamento de Estado (…) tienen que cumplir la orden», advirtió Maduro.
La gran incógnita es hasta dónde llevará Trump su ofensiva contra el gobierno de Maduro. Estados Unidos compra a Venezuela un tercio de su deprimida producción de 1,4 millones de barriles diarios -fuente del 96% de divisas-.
Según analistas, Trump podría considerar congelar activos de Venezuela e imponer sanciones petroleras. «Sin control financiero, la posición de Maduro se vería seriamente socavada», señaló la consultora Capital Economics.
El agravamiento de la crisis política ocurre en medio de la peor debacle económica en la historia moderna de Venezuela, con su petrolera declarada en default y una hiperinflación que el FMI calcula llegará a 10.000.000% este año.
«La presión sobre Maduro ha aumentado. Como sea que se desarrollen los acontecimientos, todo sugiere que la hiperinflación desencadena una agitación política y económica dramática», agregó Capital Economics.