Caracas (AFP) – El gobierno de Venezuela emprendió una ofensiva contra los autores intelectuales de un presunto atentado contra el presidente Nicolás Maduro, con el anuncio de un proceso para enjuiciar a diputados opositores, uno de los cuales, Juan Requesens, habría sido detenido este martes.
Durante una extensa alocución en la que presentó lo que considera las «pruebas» del intento de magnicidio, Maduro acusó al exjefe del Parlamento, el exiliado Julio Borges, de estar vinculado al ataque con drones cargados de explosivos del que asegura haber sido víctima el pasado sábado.
«Todas las declaraciones (de seis detenidos como autores materiales) apuntan a Julio Borges, quien vive en una mansión en Bogotá amparado por el gobierno saliente de Colombia», expresó.
Borges le respondió en Twitter. «Ni el país ni el mundo te creen la farsa del atentado. Todos sabemos que es un montaje para perseguir y condenar a quienes nos oponemos a tu dictadura», escribió en su cuenta, dirigiéndose al mandatario.
Maduro enfiló igualmente contra Requesens, a quien calificó como uno de sus adversarios «más locos y psicópatas».
Los nombres de ambos legisladores fueron mencionados por un militar retirado, Juan Carlos Monasterios, uno de los capturados como ejecutores, en un video que difundió el gobernante con el testimonio de este sargento ante la Fiscalía.
El video muestra a Monasterios, con el rostro difuminado, asegurando que Requesens, «por intermedio de Julio Borges», gestionó su paso entre Venezuela y Colombia para el entrenamiento de los responsables en el país vecino.
El sábado, según la versión oficial, un dron estalló frente a la tarima en la que Maduro encabezaba una parada militar en Caracas y un segundo artefacto explotó tras chocar con un edificio de viviendas.
Mientras Maduro hablaba, el partido político de Requesens, Primero Justicia, denunció en Twitter que el diputado y su hermana Rafaela, dirigente estudiantil, «fueron secuestrados por 14 hombres del SEBIN (servicio de inteligencia) a golpes».
Rafaela Requesens fue liberada posteriormente, según su familia.
– Enjuiciamiento –
Simultáneamente, el chavista Diosdado Cabello, presidente de la plenipotenciaria Asamblea Constituyente, anunció que este miércoles el órgano discutirá «el allanamiento de la inmunidad parlamentaria a los diputados implicados en el magnicidio en grado de frustración».
El procedimiento es el paso previo para abrir un juicio.
Más temprano, Requesens pronunció un encendido discurso en el que prometió seguir presionando para poner fin al actual gobierno. «No nos queda otra que seguir estirando esta cuerda hasta que se rompa», expresó.
En la misma sesión, la mayoría opositora del Parlamento rechazó «las vías violentas» para reemplazar al gobierno, al que exigieron una investigación «imparcial» sobre lo ocurrido.
El Legislativo, cuyas decisiones son declaradas nulas por la justicia y en la práctica ha sido sustituido por la Constituyente, reiteró su «compromiso con un cambio político urgente que permita atender la grave crisis» socieconómica.
La oposición teme que se desate una ola represiva en un país en el que denuncia la existencia de unos 250 «presos políticos».
«El impacto inmediato (…) será intensificar la represión contra sus oponentes y cerrar filas en el chavismo, mientras (Maduro) tratará de presentarse a sí mismo sosteniendo con fuerza al poder», estima la consultora de riesgo Eurasia Group.
«Ahora andan horrorizados con la detención de los magnicidas (…) La justicia viene», sostuvo por su parte Cabello.
– Extradiciones –
Maduro ordenó pedir la extradición desde Colombia y Estados Unidos de quienes identifica como «cabecillas» del ataque.
«Confío en que el presidente Donald Trump no permita que, bajo territorio estadounidense, se prepare el asesinato en masa de líderes civiles y militares» en Venezuela, agregó.
El gobierno sostiene que los autores materiales fueron adiestrados en una hacienda de Chinácota, Colombia, y que los principales financistas están residenciados en Florida, Estados Unidos. Según un video, los responsables recibirían 50 millones de dólares de pago.
Maduro reiteró que el colombiano Juan Manuel Santos, quien este martes entregó el poder al derechista Iván Duque, orquestó el ataque.
«No tengo dudas que él tuvo participación», insistió este martes, aunque sin dar detalles en torno al saliente mandatario, más allá de acusar a su gobierno de «proteger» a quienes planificaron el supuesto atentado.
Las tensiones entre Caracas y Bogotá han sido constantes desde la época del fallecido Hugo Chávez (1999-2013), mentor de Maduro.
Sin mencionar a Maduro, Duque aseguró durante la toma de posesión que buscará que los países de América Latina, «en defensa de los valores democráticos», rechacen «cualquier forma de dictadura en el continente».
Estados Unidos, Colombia y otros países de la región desconocen la reelección del mandatario el pasado 20 de mayo, boicoteada por la mayor parte de la oposición al considerarla «fraudulenta».