Caracas (AFP) – El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, enfrentará esta semana una nueva arremetida del opositor Juan Guaidó, autoproclamado mandatario interino que convocó a nuevas manifestaciones, mientras corre el plazo de ocho días que le dieron países europeos para que acepte unas elecciones libres.
Alentado también por un decidido apoyo de Estados Unidos, Guaidó llamó la noche del domingo a una movilización el miércoles para exigir que la Fuerza Armada retire su apoyo a Maduro, y el sábado a una gran marcha de respaldo al ultimátum europeo.
Francia, Alemania, Reino Unido, Holanda y Portugal dieron plazo a Maduro hasta el próximo domingo para que convoque a comicios o de lo contrario reconocerían a Guaidó, jefe del Parlamento de mayoría opositora, como presidente interino de Venezuela.
Más vaga, la Unión Europea (UE), como bloque, dijo que tomaría «nuevas medidas» si no se convocan comicios en los próximos días, incluido el apoyo al opositor.
«Estaremos celebrando ese respaldo inédito de todo el mundo a nuestra causa, pero también el ultimátum (…) para lograr el cese de la usurpación, el gobierno de transición y convocatoria a elecciones libres», manifestó Guaidó.
En entrevista con la cadena televisiva turca CNN Turk, Maduro pidió a Europa retirar su amenaza: «Nadie puede darnos un ultimátum», dijo, tras reiterar su denuncia de un golpe de Estado en marcha dirigido por Estados Unidos, con el que rompió relaciones diplomáticas.
El agravamiento de la crisis ocurre en pleno colapso económico en Venezuela, con su petrolera en default y en su nivel más bajo de producción en 30 años, escasez de alimentos y medicinas y una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% este año.
A bordo del avión que lo condujo de Panamá a Roma, el papa Francisco expresó este lunes temor de que haya «derramamiento de sangre» en Venezuela. La semana pasada, protestas y disturbios dejaron 29 muertos y unos 350 detenidos.
– «¡Traidores, nunca!» –
Pero el gobierno desconoce todas las decisiones del Parlamento, debido a que la justicia lo declaró en desacato poco después de que la oposición tomara su control tras arrasar en los comicios de diciembre de 2015, detonante del conflicto de poderes.
Tampoco reconoce, por tanto, la declaratoria de «usurpación» que hizo el Legislativo cuando Maduro empezó el 10 de enero su segundo mandato, ni la amnistía a la Fuerza Armada que ofrece Guaidó buscando quebrar el sostén del presidente.
Esa ley da «todas las garantías constitucionales» a militares y civiles que «colaboren en la restitución de la democracia» y elimina su responsabilidad civil, penal, administrativa en causas abiertas desde la llegada del chavismo al poder en 1999.
Maduro dice confiar en la «unidad» y «lealtad absoluta e incondicional» que le ha profesado la cúpula militar. «¡Traidores nunca, leales siempre!», arengó el domingo en ejercicios militares.
Sin embargo, la Fuerza Armada muestra fisuras: el sábado, el agregado de Defensa en Washington, coronel José Luis Silva, desconoció a Maduro y pidió a los militares respaldar a Guaidó, y hace una semana 27 militares fueron detenidos tras sublevarse.
– EEUU aumenta su presión –
El segundo gobierno de Maduro es considerado ilegítimo por Estados Unidos, la UE, Canadá y una docena de países latinoamericanos que opinan que su reelección fue fraudulenta. Ante ello, Maduro se acercó aún más a sus aliados Rusia, China e Irán.
El líder socialista podría buscar apoyo financiero de China, Rusia e Irán, «más unidos en contrarrestar los intereses de Estados Unidos que por cualquier simpatía» hacia él, comentó a la AFP Paul Hare, de la Escuela Pardee de Estudios Globales de la Universidad de Boston.
Guaidó, de 35 años, fue reconocido como presidente interino por el mismo grupo que desconoció a Maduro -excepto por la UE como bloque- y se le sumaron Israel y Australia.
Apenas Washington reconoció al opositor, Maduro rompió lazos con el gobierno de Donald Trump y ordenó el cierre de la embajada y los consulados venezolanos en ese país. No obstante, el sábado anunció que ambos países negociarán la apertura de oficinas de intereses.
A solicitud de Guaidó, Estados Unidos dijo no tener planes de cerrar su embajada en Caracas y el domingo aceptó al opositor Carlos Vecchio como encargado de negocios de Venezuela.
El consejero de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, advirtió el domingo que habrá una «respuesta significativa» a cualquier amenaza contra Guaidó o diplomáticos estadounidenses.
Un día antes, la Casa Blanca había llamado al mundo a unirse «a las fuerzas de la libertad» en apoyo de Guaidó, en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que Rusia salió en defensa de Maduro.