Caracas (AFP) – Aníbal García ironiza con que Venezuela merece «el récord Guinness» por tener dos parlamentos, dos tribunales, dos fiscales y ahora dos presidentes: Nicolás Maduro y Juan Guaidó. Algunos venezolanos toman en serio y otros en broma la confusa crisis política de su país.
«Somos un país de dobles ¡Guao! Tenemos dos parlamentos… tenemos dos presidentes, tenemos dos mujeres. Yo creo que nos merecemos el récord ¿verdad? ¡El récord Guinness!», dice con picardía García a la AFP.
«Se supone que es Maduro el presidente, más no realmente querido por el pueblo venezolano (…). Guaidó es mi candidato, duélale a quien le duela», continúa este comerciante callejero de 63 años, tras contar los billetes recaudados en la jornada -extraños de ver en un país donde escasea el efectivo-.
Decenas de personas caminan a su alrededor en Chacaíto, un punto de Caracas donde al final de la jornada laboral confluyen personas de todos los sectores para tomar buses o el metro y volver a sus hogares.
«Es una locura», «¡Que llegue uno que nos libere!», «¡No voy a aceptar a un desconocido!», responden a quienes AFP pregunta quién es el presidente de Venezuela, un país en profunda crisis, con hiperinflación y escasez de alimentos y medicinas.
A la confusión en el conflicto institucional se suma que el Parlamento de mayoría opositora fue sustituido en la práctica desde 2017 por la oficialista Asamblea Nacional Constituyente.
En el exilio hay también magistrados -de línea opositra- que dicen formar el verdadero tribunal supremo y la exfiscal general, Luisa Ortega, que asegura seguir en funciones. Acusan a Maduro de usupar el poder y de haber roto el hilo constitucional.
– «Que ellos se arreglen» –
«Aparentemente hay dos (presidentes): Maduro y Guaidó, pero quién de los dos es, no se sabe. Legalmente, Maduro; pero internacionalmente, Guaidó. Prefiero no opinar en el asunto, que ellos se arreglen», responde el analista de sistemas Antonio Vera, de 30 años.
Guaidó, el jefe del Parlamento de mayoría opositora, se autoproclamó presidente interino tras multitudinarias manifestaciones el miércoles en varios puntos del país y comenzó un pulso por la presidencia con el mandatario Maduro.
El opositor, de 35 años, dice que lo respalda la Constitución porque Maduro «usurpó» la presidencia al juramentarse para un segundo periodo el 10 de enero, tras elecciones consideradas «ilegítimas» por buena parte de la comunidad internacional.
Maduro, en tanto, denuncia un golpe de Estado en marcha, apoyado por Estados Unidos, que fue el primero en reconocer a Guaidó como presidente, al que luego se sumaron Canadá, Reino Unido y una decena de países latinoamericanos.
China, Rusia, Cuba y Bolivia están entre los apoyos de Maduro.
– «Es Nicolás, pero…» –
«El presidente de Venezuela es Nicolás, pero el país está tan mal, tan descuidado, tan triste…», comenta María Aurora Fuentes, de 70 años, a quien aún así, le parece que «no está bien hecho lo que hizo» Guaidó.
«A causa de eso es que la cosa está tan mal, a causa de la otra gente que no lo quiere (a Maduro). Se meten con él desde que asumió el mandato», asegura esta anciana de labios pintados y ropa de colores brillantes.
La enfermera Yosmar Landaeta, de 39 años, coincide: «Cada quien tiene su versión, pero todavía es Maduro» el presidente.
En cambio, el joven músico José Rodríguez, de 22 años, no titubea al responder que el presidente es «Juan Guaidó». «Hasta donde veo es el único que ha hecho las cosas constitucionalmente, que no ha abusado del pueblo», dice.
Algunos todavía no se graban el nombre del hasta hace poco desconocido político opositor -o confunden su apellido con Guido o Guado-, pero aún así lo reconocen como presidente interino.
El presidente es «el señor que se lanzó ahorita, que supuestamente dicen que se autodecretó él mismo. Yo creo que vamos a darle una oportunidad», asegura Thaís Jiménez, mucama de hotel de 46 años.
La diatriba -y la confusión- están servidas, pero también las bromas entre una población reconocida por su sentido del humor.
Y esta semana, el sitio web satírico Chigüire Bipolar se preguntaba: «Si me quiero burlar del presidente, ¿de cuál lo hago?».