México (AFP) – El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador aseguró este lunes que come sin temor en populares y económicos restaurantes conocidos como «fondas» sin temor a que atenten contra su vida, luego de que su exjefa de campaña sostuvo que tuvo informes de intentos de envenenarlo.
La diputada Tatiana Clouthier, quien fue jefa de campaña del izquierdista de 65 años, adelantó el fin de semana partes de un libro de su autoría, «Juntos haremos historia», en el que narra los potenciales peligros que enfrentaba un político poco amante de la seguridad y los guardaespaldas. «Muchas voces me advirtieron que hasta lo querían envenenar», escribe.
Pero el presidente dijo en su conferencia matutina no tener «ningún informe» sobre esos supuestos intentos de envenenarlo y que, en todo caso, no le preocupa comer en cualquier sitio, sobre todo en fondas, muy populares entre trabajadores de clase media que, por una comida de tres tiempos, además de postre, agua y tortillas en abundancia, pagan alrededor de tres dólares.
«Voy a restaurantes, voy a fondas, donde me atienden muy bien (…) y no hay un operativo especial para que alguien esté pendiente de qué van a cocinarnos. Comemos lo que hay», dijo.
El presidente, que no trae seguridad, recorre la ciudad en un auto compacto y viaja en aerolíneas comerciales, sobre todo de bajo costo, recomendó ampliamente comer en las fondas, que abundan en toda ciudad o poblado del país.
«Les puedo presumir que no solo se come bien de manera suculenta y es barato (…) y algo que es muy importante, es comida sana, no se enferma uno, no hay problema», comentó.
López Obrador asumió la presidencia de México el 1 de diciembre con un programa de austeridad que anula todo gasto ostentoso.
Recortó su propio salario a menos de la mitad del de su antecesor, se le ha visto comprando café en tiendas de autoservicio y en campaña un reportero alguna vez lo sorprendió en el baño de una gasolinera, en plena carretera, sin camisa y aseándose en los lavamanos.