México (AFP) – El presidente electo de México, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, anunció este viernes que antes de asumir su mandato someterá a una consulta popular la continuidad o la cancelación de un nuevo aeropuerto que se construye en la capital mexicana con una millonaria inversión.
«Al final de octubre aplicamos una consulta y van a ser todos los ciudadanos los que van a decidir… y ese resultado es el que se va a tomar en cuenta, es decir va a ser una consulta vinculatoria», dijo López Obrador en una conferencia de prensa.
López Obrador, que con su discurso anticorrupción ganó las elecciones con un avasallador 53,20% de los votos, asumirá la presidencia el 1 de diciembre.
Desde su campaña electoral criticaba duramente el proyecto de la nueva terminal que impulsó el saliente presidente Enrique Peña Nieto, calificando la obra de «faraónica» y cuya implementación estaría plagada de corrupción.
El proyecto tiene un costo de construcción que ha aumentado hasta los 300.000 millones de pesos (unos 15.770 millones de dólares), dijo Javier Jiménez, futuro ministro de Comunicaciones y Transportes de López Obrador.
López Obrador explicó que el propósito de la consulta es «transmitir a los ciudadanos mexicanos toda la información con apego a la verdad, con objetividad, para que entre todos decidamos (…) sobre este asunto complicado, difícil, que heredamos pero que tenemos que enfrentar».
«Se decida por una o por otra opción, sí le damos garantía a los mexicanos que no va a haber corrupción», recalcó.
La iniciativa de consulta -que ya había sido esbozada por el presidente electo pero sin fecha ni opciones de votación- ha generado duras críticas del empresariado, entre ellos del hombre más rico de México, Carlos Slim, quien tiene intereses en la construcción.
La administración saliente también considera que la obra es vital para la economía mexicana.
Así, el equipo de López Obrador, que no descarta la posibilidad de una concesión en caso de que se decida continuar la construcción del nuevo aeropuerto, podría reunirse con la importante patronal Consejo Coordinador Empresarial el próximo martes.
El nuevo aeropuerto ya se edifica en el oriente de la ciudad, con un diseño futurista en el que participó el arquitecto británico Norman Foster.
– Costosa cancelación –
En la votación, cuya metodología no ha sido definida aún, se planteará continuar con el nuevo aeropuerto, o cancelarlo y mantener operando la envejecida terminal actual complementada por una nueva construida sobre la base de un antiguo aeropuerto militar, en otro punto de la megaurbe.
A pesar de sus críticas con la construcción del aeropuerto, el entorno de López Obrador reconoce que la alternativa sería costosa y complicada.
El costo de una eventual cancelación del nuevo aeropuerto ascendería a 100.000 millones de pesos (5.241 millones de dólares), 60.000 millones por las obras ya realizadas y 40.000 millones por gastos no recuperables, explicó Jiménez.
«Implicaría negociaciones con acreedores y contratistas y costos que tendrían un impacto considerable en el presupuesto federal de 2019 por la aceleración en el pago de los compromisos financieros», agregó el futuro funcionario, quien también estimó un «posible impacto negativo en los mercados financieros».
Además, se requeriría un estudio especializado que tardaría unos cinco meses y costaría entre 150 y 200 millones de pesos, sobre la viabilidad del funcionamiento del viejo aeropuerto con una sede suplementaria.
«Tener operaciones separadas entre dos aeropuertos generaría incremento de costos de operación para las aerolíneas así como posibles incomodidades para los pasajeros», reconoció Jiménez.
– Daños ambientales –
Sin embargo, según Jiménez, el costo de terminar la gigantesca obra sería más alto que el costo estimado de seguir utilizando la vieja terminal, 70.000 millones de pesos (unos 3.670 millones de dólares).
Además, el funcionamiento del nuevo aeropuerto se retrasaría por al menos cuatro años y supondría severos daños ecológicos en la zona de su construcción y afectaría a vecinos de barrios marginales cercanos, dijo.
La obra se construye sobre lo que fue el antiguo Lago de Texcoco en un terreno que se hunde poco a poco y que tiene altas concentraciones de salitre, lo que implicaría elevados costos de mantenimiento y serios daños ambientales, según investigaciones de organizaciones civiles que se oponen al proyecto.
López Obrador dijo que entregará su propuesta a Peña Nieto el lunes, «para que él también participe y permita la consulta».
Los ingenieros, organizaciones civiles y empresariales podrán dar sus opiniones a más tardar el 5 de septiembre, y tras foros de discusión en todos los medios de información y redes sociales, se realizará la consulta la última semana de octubre.