Río de Janeiro (AFP) – El legendario líder indígena brasileño Raoni llega a París este domingo para iniciar una gira de tres semanas en Europa donde se reunirá con jefes de Estado, celebridades y el papa Francisco para hablar sobre las crecientes amenazas a la Amazonia.
El anciano jefe del pueblo Kayapó, que ha ganado visibilidad internacional en las últimas décadas, intentará recabar un millón de euros para proteger la reserva de Xingu, hogar de varios pueblos indígenas en la Amazonia brasileña, de las amenazas que suponen los madereros y el agronegocio.
Raoni Metuktire, cuya lucha por defender la Amazonia brasileña ha sido respaldada internacionalmente por figuras como el cantante Sting, viaja acompañado de otros tres líderes indígenas que viven en Xingu.
La agenda contempla reuniones con el presidente francés, Emmanuel Macron, y su ministro de medio ambiente, Francois de Rugy. Los tres representantes indígenas continuarán hacia Bélgica, Suiza, Luxemburgo, Mónaco e Italia, donde se encontrarán con el papa Francisco en el Vaticano, de acuerdo con la Asociación Foret Vierge, que Raoni preside de forma honoraria.
Su viaje ocurre en medio de tensiones por el aumento de amenazas a la Amazonia por sectores mineros y agrícolas que encontraron un aliado en el presidente brasileño Jair Bolsonaro, un ultraderechista que se ha mostrado favorable a la explotación de áreas protegidas.
Los fondos recabados serán usados para reemplazar las señales en los límites de la vasta reserva Xingu, para comprar drones y equipos técnicos para vigilar la región, y para crear cortafuegos, dijo Foret Vierge en un comunicado.
Algunas comunidades en Xingu también necesitan recursos para salud, educación y conocimiento técnico para la extracción y comercialización de productos renovables obtenidos en la selva.
«Así los indígenas podrían vivir de forma digna en la reserva al tiempo que protegen la selva y sus culturas ancestrales, en vez de ir a áreas rurales o urbanas», dice el comunicado.
Brasil demarcó algunos territorios indígenas a partir de la década de los 80 garantizando a algunas comunidades el derecho a su tierra. Pero las palabras de Bolsonaro, contrario a esta política de demarcación, ha alarmado a las comunidades indígenas que mantienen décadas de lucha por proteger su territorio y sus culturas.
Advirtieron especialmente sobre la proclividad de Bolsonaro a ampliar los alcances del agronegocio, los madereros y la minería en la Amazonia, así como a permitir la construcción de nuevas represas.