Bruselas (AFP) – Las crisis políticas en Nicaragua y Venezuela fueron abordadas este lunes en el encuentro de cancilleres europeos, latinoamericanos y caribeños en Bruselas, que buscan mostrar que están «del mismo lado» en un momento de cambios globales a causa de Estados Unidos.
«Desde nuestra última reunión que tuvo lugar hace dos años (…) el equilibrio global de poder está cambiando más rápido que nunca», dijo la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, al inicio de la reunión entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Aunque la agenda de esta reunión de dos días para reforzar las relaciones aborda oficialmente el cambio climático, el comercio o el desarrollo sostenible, la situación en Nicaragua y en Venezuela «estuvo presente en la mente de los participantes» en sus intervenciones, dijo a la AFP una fuente diplomática.
Pero también en los márgenes de la reunión. Trece países de América Latina, entre ellos Costa Rica, Honduras, Brasil, Uruguay y Ecuador, urgieron en una declaración conjunta al «cese inmediato a los actos de violencia» y al «desmantelamiento de los grupos paramilitares» en Nicaragua.
La ministra costarricense, Epsy Campbell, y Chile ya habían avanzado que llevarían a este foro la situación del país, donde unas 280 personas perdieron la vida desde el 18 de abril en una oleada de protestas para reclamar la salida del poder del presidente nicaragüense, Daniel Ortega.
Francia, en la línea de la diplomacia europea que recordó la víspera la obligación de Managua de proteger a la población, llamó a las autoridades nicaragüenses a cesar la «represión» y a «implementar concretamente su compromiso a favor del diálogo».
Las autoridades de Nicaragua, país que pertenece al grupo bolivariano del ALBA, solicitaron la mediación de la UE, indicó a la AFP una fuente diplomática europea, para quien aceptarlo habría supuesto «una pérdida de credibilidad» ante un «régimen autocrático y cleptocrático».
– ¿Cambio sobre Venezuela? –
Los desencuentros con Venezuela, otro país del ALBA, obligaron precisamente a la presidencia pro témpore de la CELAC, ejercida por El Salvador, a reemplazar la tercera cumbre de mandatarios de ambos bloques prevista el pasado mes de octubre en San Salvador por la reunión ministerial.
Los países americanos reunidos en el Grupo de Lima, al que pertenecen 11 de los firmantes de la declaración sobre Nicaragua, rechazó asistir entonces a la cumbre y, en este sentido, este lunes se escucharon reproches entre miembros de la CELAC, según la fuente diplomática.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, criticó además que, en un contexto de cooperación, se adopten medidas unilaterales, en referencia a las sanciones impuestas por la UE a 18 funcionarios de su país, entre ellos la vicepresidenta Delcy Rodríguez, agregó esa fuente.
A pesar de las críticas, Venezuela expresó su voluntad de «mantener un diálogo fructífero y productivo con España y con la Unión Europea, enmarcado en el respeto», según un comunicado de Caracas tras una reunión bilateral en Bruselas entre Arreaza y su par español, Josep Borrell.
Aunque Borrell expresó su «profunda preocupación» por la situación en Venezuela, según el gobierno español, en una rueda de prensa previa dejó claro el cambio de actitud de Madrid, al asegurar que ya no abanderaría «las líneas duras de las sanciones cuando haya un problema en América Latina».
– ‘Viejas’ y ‘nuevas’ alianzas –
Más allá de ambas crisis, la sombra del presidente estadounidense, Donald Trump, también sobrevoló el primer día del encuentro bautizado «Construyendo puentes y reforzando nuestra asociación para afrontar los desafíos globales».
«Las viejas alianzas se están poniendo en cuestión y otras nuevas están emergiendo (…) Se plantea la amenaza de nuevas guerras comerciales», dijo Mogherini ante los responsables de los 61 países de la UE y de la CELAC, para quien «en medio de esa confusión», ambos bloques están «del mismo lado».
La reunión se produce en un contexto de tensión entre Trump y sus socios comerciales, desde México hasta China, por sus pesados aranceles siderúrgicos y de tensiones también con la UE, en temas como la política nuclear iraní, el Acuerdo de París sobre clima o Naciones Unidas.
Para el canciller luxemburgués, Jean Asselborn, «en el contexto actual, un contexto difícil, la CELAC y la UE deben cooperar de manera más estrecha en los principales foros internacionales», como en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Desde su nombramiento como Alta Representante para la Política Exterior en 2014, Mogherini impulsó las relaciones del bloque con América Latina, uno de cuyos éxitos ha sido la reanudación completa de las relaciones con Cuba y la derogación de la conocida como Posición Común de 1996.
El acuerdo comercial con el Mercosur, en negociación desde hace casi 20 años, se mantiene como la asignatura pendiente. El encuentro tiene previsto abordar el comercio el martes, la víspera de una reunión entre los cancilleres de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay con la comisaria europea de comercio, Cecilia Malmström.