Progreso (Argentina) (AFP) – Padres, amigos, emisarios de Nantes y Burdeos y vecinos de Progreso, el pueblo que vio crecer a Emiliano Sala, le dieron el sábado el último adiós al futbolista argentino, fallecido cuando se preparaba para cumplir su sueño de jugar en la Premier League.
Escenas de dolor se vivieron en el gimnasio del club de San Martín de Progreso, su primer club, donde jugó durante 10 años. Allí se improvisó una capilla ardiente, a 500 km al norte de Buenos Aires, en un día soleado en plena llanura de la pampa húmeda, entre cultivos de soja y vacas lecheras.
El ataúd estuvo cubierto de flores y una bandera roja y negra, los colores de San Martín. Detrás del féretro, fue colocado un gran póster del jugador con la camiseta del FC Nantes, con la leyenda «Tu herencia será eterna».
«Estoy destruido. No es un futbolista al que vengo a rendir homenaje, sino a un hombre extraordinario, un guerrero», dijo Marcelo Vada, su entrenador en Argentina y ahora DT del U17 en Burdeos. Tenía los ojos rojos de lágrimas.
Al terminar el velatorio, el féretro fue llevado a una camioneta fúnebre con destino a la cremación. El cortejo atravesó un cordón de jugadores juveniles de San Martín, mientras decenas de personas lo despedían entre sollozos, aunque con un sonoro aplauso.
Desde que el pequeño avión privado que transportaba al jugador, de 28 años, entre Nantes y Cardiff desapareció el 21 de enero, el pueblo de 3.000 habitantes anduvo cabizbajo.
Con sus 84 años, Nilda Perret desafió el calor del verano austral para inclinarse sobre el ataúd. Nilda declaró: «Desde que era pequeño jugaba con mis nietos. Hace 25 días que vivimos con este dolor».
«Fue muy conmovedor, todo el pueblo llegó y la gente viajó desde toda la provincia», dijo Rosa Lezcano, de 50 años, que iba a la escuela con la madre del futbolista.
El cuerpo fue extraído de la avioneta en el fondo del mar del canal de la Mancha, identificado y repatriado a Argentina el viernes. Los restos del piloto aún no han sido encontrados.
– «Nunca caminarás solo» –
«Me cuesta ver su ataúd», dijo conmovido el alcalde de Progreso, Julio Muller.
«Él representó mucho para nosotros, era un chico impecable. Aquí nos encanta el fútbol y fue el único que pudo convertirse en un jugador profesional, y en Europa, por lo que fue admirado por todos», relató Muller.
Enfrente de la sede del club, una pancarta decía: «Emi, nunca caminarás solo», parafraseando el eslogan del Liverpool.
Miguel Ángel Pereira hizo el viaje con un vecino de Santa Fe, la capital provincial, a 70 km de Progreso. «Quise estar aquí y también me puse la camiseta de San Martín en la década de 1960», dijo con su sonrisa desdentada a sus 68 años. Pereira vivió en Cululu, el lugar de nacimiento del futbolista, en un caserío muy cercano a Progreso.
Alcides Ribero, un productor lechero de 73 años, salió del gimnasio tomándose con ambas manos su cabeza calva mientras decía «era importante venir y decirle adiós, fue un golpe muy duro para el pueblo, se hizo querer».
En Progreso, lo recuerdan andando en bicicleta, su trote para entrenarse, sus sueños. El desafío constante fue encontrar videos de sus goles en Francia.
«Su carrera no fue fácil», admitió el alcalde. «Se fue de casa a la edad de 15 años, tuvo que superar muchos obstáculos. Era nuestro ídolo».
Con su grupo de amigos de Progreso, Emiliano vivía para el fútbol durante todo el año. En este verano austral, acampó cerca de una cancha de fútbol, en la propiedad de uno de sus amigos, y jugó con ellos el 31 de diciembre. Fue su último partido aquí.
Nunca llegó a jugar en la liga argentina.
– No rendirse jamás –
Nicolás Silva, jugador del club Banfield, recordó: «Durante dos temporadas, 2008 y 2009, fuimos prestados juntos al club Juventud Guadalupe por Proyecto Crecer (la Academia Girondins del Burdeos en Argentina). Él era un chiflado, estaba por encima del común».
«Cuando terminábamos el entrenamiento, nos quedábamos igual a practicar. Él trabajaba su eficiencia frente al arco y siempre decía: ‘Si tienes problemas, entrena dos veces más'».
A miles de kilómetros de Progreso, el FC Nantes jugará el sábado en Mónaco: los jugadores han planeado dos secuencias de homenaje, una antes del juego y otra en el minuto 9, en memoria del número que llevaba Sala en la camiseta.
El defensa central de Nantes, Nicolas Pallois, amigo de Sala, logró permiso del entrenador Vahid Halilodzic para no jugar y estar en Progreso, junto con el secretario general del club francés, Loïc Morin.
Al terminar el tributo, Pallois llevó a pulso el ataúd junto con otros allegados.
Estuvieron también en el funeral dos representantes de Cardiff, club que había fichado al argentino por 17 millones de euros.