Ciudad de Guatemala (AFP) – La prolongada sequía que afecta a miles de personas en El Salvador, Guatemala y Honduras influye directamente en la migración irregular masiva desde esos países a Estados Unidos, según un estudio del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
El estudio detalla una correlación entre las sequías vividas por esos tres países, agravadas por el fenómeno El Niño de 2014 a 2016, y el desplazamiento de personas a Estados Unidos, señaló el PMA en un comunicado.
Esa correlación «muestra la necesidad de invertir en programas a largo plazo para desalentar la emigración de personas en el corredor seco (centroamericano), reducir los riesgos para los emigrantes, y el impacto en las familias que permanecen» en sus países, agrega.
Los países centroamericanos afrontan una cruda sequía que impacta principalmente al denominado corredor seco, que se extiende en paralelo a la costa del Pacífico, desde Guatemala hasta Panamá.
El documento muestra una tendencia de personas jóvenes y vulnerables a abandonar zonas de inseguridad alimentaria.
«El estudio brinda una importante visión de por qué huyen las personas y el impacto en los miembros de familia que permanecen en sus países» debido a que «se enfrentan a la carga de pagar las deudas de aquéllos que han emigrado», señaló en la nota Miguel Barreto, Director Regional del PMA para América Latina y el Caribe.
Si la emigración no tiene éxito, la familia «se enfrentará a los problemas de la creciente deuda y de cómo satisfacer sus necesidades alimentarias», según el informe.
Señala que 47% de las familias entrevistadas enfrentaban inseguridad alimentaria y 72% dijeron que estaban recurriendo a medidas de emergencia para comprar alimentos, como vender sus tierras, animales y herramientas.
En tanto, 78% de los familiares que permanecen en sus países reciben mensualmente una remesa, que para 42% de las familias encuestadas es su única fuente de ingreso fijo.
Más de la mitad del dinero enviado por los emigrantes es utilizado por las familias para comprar alimentos.
El estudio fue financiado y producido conjuntamente por el el PMA, Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), con la colaboración de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La investigación es un seguimiento a los resultados y recomendaciones del estudio exploratorio sobre los vínculos entre migración, violencia y seguridad alimentaria, publicado en 2015.