Caracas (AFP) – Fuerzas de seguridad y manifestantes se enfrentaron este lunes en Caracas durante un bloqueo de calles que realiza la oposición venezolana de cara al plebiscito que celebrarán el domingo contra la Asamblea Constituyente convocada por el presidente Nicolás Maduro.
Cerca de una decena de jóvenes y algunos guardias resultaron heridos y varios manifestantes detenidos en los disturbios en el este de la capital, constataron periodistas de la AFP.
Con cuerdas, vehículos y barricadas con árboles y basura, grupos de opositores participaban en un «trancazo» de diez horas, convocado por la Mesa de la Unidad Democrática hasta las 20H00 locales (00H00 GMT).
«Este pueblo está decidido a continuar la lucha por la libertad. El domingo será el acto de desobediencia civil más importante de la historia de Venezuela», declaró el diputado opositor Freddy Guevara.
Sin el poder electoral, al que acusa de oficialista, la MUD organizó un plebiscito simbólico confiada en mostrar un rechazo masivo a la Constituyente, un suprapoder que regirá al país por tiempo indefinido, con el que Maduro -según la oposición- busca perpetuarse en el poder.
La Iglesia católica, que calificó al gobierno de «dictadura», pidió este lunes a Maduro «retirar» de forma «urgente» su proyecto, si quiere resolver los problemas de escasez e inseguridad, y «devolverle» la institucionalidad democrática al país.
En medio de una severa crisis económica y política, Venezuela vive desde hace 101 días una ola de protestas que deja 92 muertos. «Ni uno más, basta de muertes», se lee sobre el asfalto en la bloquea avenida Francisco de Miranda (este de Caracas).
– «No queremos una Siria» –
Pero el gobierno afirma que nada ni nadie detendrá la Constituyente, cuyos 545 asambleístas serán elegidos el 30 de julio. En varios estados, miles de oficialistas participan este lunes en mitines de campaña.
«No queremos más guerra, no queremos una Siria (…) podemos estar molestos con la revolución por ciertas cosas que no están funcionando, pero todo el pueblo chavista tiene que votar», dijo Steven Márquez en uno de esos actos.
En otra concentración, la esposa de Maduro, Cilia Flores, candidata a asambleísta al igual que el hijo del presidente, criticó a «los locos» que «se empeñan en cerrar las calles y hablan de democracia».
«Quienes no quieren la paz son los locos, los irracionales, los fascistas, un grupito muy pequeño, pero que hace mucho daño. La Constituyente traerá paz», subrayó la primera dama.
Según Maduro, la Constituyente traerá estabilidad política y económica. En una conversación telefónica, le informó al presidente ruso Vladimir Putin, su aliado, «los esfuerzos» por lograr la «normalización de la situación política» en Venezuela, según el Kremlin.
Un 80% de venezolanos rechaza la gestión del presidente socialista y un 70% la Constituyente, según la encuestadora Datanálisis.
– «Estamos más cerca» –
Animados con la excarcelación el sábado de su líder Leopoldo López, ahora bajo arresto domiciliario tras pasar tres años y cinco meses en una cárcel militar, los opositores dicen que seguirán en la calle contra la Constituyente, por la liberación plena de 431 «presos políticos» que dicen hay en Venezuela y por la salida de Maduro.
«Lo de Leopoldo es un paso, tenemos que seguir por todos los presos y hasta que haya elecciones generales. Este gobierno nos quiere matar de hambre. El domingo verá que no tiene gente», dijo Miguel Vielma, de 18 años, a la AFP.
La oposición asegura que los resultados del plebiscito marcarán la «hora cero» de manifestaciones simultáneas y masivas en todo el país, sin descartar una huelga general.
«Voy a seguir en la calle. Ahora que estamos más cerca no podemos parar. Espero que el país entero no tenga miedo y se mueva contra esa Constituyente con la que Maduro quiere el poder absoluto. Venezuela será una Cuba», declaró a la AFP Yoleima Zambrano, de 50 años, apostada en una calle con la bandera nacional.
Chavistas críticos del gobierno, incluidos varios exministros del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), rechazan la Constituyente y consideran «legítima» la consulta opositora.
La fiscal general, Luisa Ortega, es la figura más sobresaliente del chavismo que se opone a la Constituyente al estimar que violenta la democracia por no haberse realizado un referendo para determinar si los venezolanos querían cambiar su Carta Magna.
A más tardar el martes, el Tribunal Supremo de Justicia -acusado también de oficialista- decidirá si enjuicia a Ortega bajo cargos de «mentir» en señalamientos contra los magistrados.
Por su parte, la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP) convocó a una Asamblea General Extraordinaria para tratar el próximo jueves la situación de Ortega.
Su posible destitución desataría otra lluvia de críticas contra el gobierno, tras la que recibió la semana pasada cuando un grupo de seguidores irrumpió violentamente en el Parlamento de mayoría opositora.
En guerra abierta con el gobierno, la Fiscalía imputó por presunta violación de derechos humanos al jefe militar responsable de la seguridad del Congreso.
Entretanto, la vicefiscal venezolana Katherine Haringhton, posible sustituta de Ortega, comenzó a dar sus primeras órdenes pese a que aún no ha podido asumir su despacho.
Haringhton informó en Twitter que comisionó a una fiscal para «revisar» ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) el caso de 14 policías presos en Caracas que tienen orden de excarcelación desde agosto de 2016.
Desde Colombia, el presidente Juan Manuel Santos dijo que Maduro debe desmontar la convocatoria a la Constituyente para que «haya una solución negociada».
«Para que haya una solución negociada en Venezuela es necesario que Maduro desmonte la constituyente», escribió Santos en su cuenta de Twitter.