Washington (AFP) – La crisis en Venezuela ha creado una «emergencia humanitaria compleja» que requiere de una respuesta a gran escala de la ONU, señalaron expertos de la Universidad Johns Hopkins y de la ONG Human Rights Watch en un informe conjunto difundido este jueves.
«La combinación de escasez de medicamentos con escasez de comida, sumada a la propagación de enfermedades a través de las fronteras venezolanas, representa una emergencia humanitaria compleja que requiere una respuesta contundente de los actores humanitarios de la ONU», indicaron los expertos en el informe.
El ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela, sumida en una severa crisis con escasez de alimentos básicos y medicinas, ha sido parte central de la pugna por el poder desatada en enero entre el mandatario Nicolás Maduro y el líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por Estados Unidos y más de 50 países.
Según un informe publicado la semana pasada por la ONU, casi un cuarto de la población de Venezuela, es decir 7 millones de personas, necesitan ayuda humanitaria urgente.
«El colapso absoluto del sistema de salud de Venezuela, combinado con la escasez generalizada de alimentos, está agudizando el calvario que viven los venezolanos y poniendo a más personas en riesgo. Necesitamos del liderazgo de la ONU para contribuir a terminar con esta grave crisis y salvar vidas», dijo Shannon Doocy, profesora asociada de Salud Internacional de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins.
Los autores del informe señalaron que el secretario general de la ONU, António Guterres, debería urgir a «las autoridades venezolanas que publiquen datos oficiales sobre enfermedades, epidemiología, seguridad alimentaria y nutrición para que la organización pueda llevar adelante una evaluación completa».
Maduro vincula el desabastecimiento con las sanciones de Washington. La oposición, organizaciones de derechos humanos, y pacientes denuncian desde hace años la falta de medicinas, responsabilizando al gobierno por la disminución de importaciones en medio de una grave crisis económica.
La semana pasada, la Cruz Roja internacional anunció que está lista para distribuir «ayuda humanitaria» en un plazo de 15 días para beneficiar a unas 650.000 personas, pero advirtió que no aceptará «interferencias» políticas en su labor.
«La Secretaría General de las Naciones Unidas debe advertir sobre lo que está ocurriendo e implementar un plan de asistencia de gran escala para Venezuela que sea neutral, independiente e imparcial», apuntó el Dr. Paul Spiegel, director del Centro por la Salud Humanitaria de la Universidad Johns Hopkins.
El director para las Américas de la ONG Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, afirmó de su lado que las «autoridades venezolanas públicamente minimizan la crisis, censuran información, hostigan y toman represalias contra quienes recopilan datos o informan sobre lo que ocurre».
«Estas autoridades son responsables por la pérdida innecesaria de vidas que ha causado su negación de la crisis y sus políticas de obstrucción», dijo.